"Es una gran parodia de la solidaridad europea", se lamenta en un comunicado.
A su juicio, aunque hay un creciente consenso de que se necesita "desesperadamente" un gobierno económico europeo, parece que no se entiende bien qué significa esto. "La cumbre de esta noche es el paso del Rubicón", prosigue el presidente de los socialistas europeos.
En la misma línea, insiste en que la gobernanza económica no puede alcanzarse "con castigos". "Si tu ciudad está a punto de inundarse no te pones a discutir quién tiene derecho de voto en el pago de la factura o quién puede ser evacuado, te centras en parar la inundación, porque al final se trata de tu ciudad", ilustra.
Además, denuncia que los líderes de la eurozona, empezando por el francés Nicolas Sarkozy y la alemana Angela Merkel han estado "peleando y retrasando" las decisiones sobre la crisis griega durante meses y que se ha "pontificado" demasiado y "coordinado" demasiado poco.
Por eso, plantea que los miembros de la zona euro deberían poner esta noche encima de la mesa cuatro propuestas. En primer lugar, establecer una red entre los miembros más débiles de la eurozona y los especuladores; en segundo lugar, identificar nuevas fuentes de financiación, como una tasa sobre transacciones financieras internacionales.
La tercera idea es introducir un programa de inversiones ecológicas y, finalmente, iniciar una discusión a largo plazo sobre la coordinación fiscal de la UE y no sólo sobre la reducción de la deuda para fomentar el crecimiento.
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