sábado, 1 de mayo de 2010

Lula, protagonista de las elecciones, verá continuar su política económica

SAO PAULO.- Con un escenario económico sólido, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, será el gran protagonista de las elecciones nacionales de octubre, según analistas que esperan que su sucesor, oficialista u opositor, mantenga la actual línea económica.

A pocos meses de iniciarse oficialmente la campaña electoral, los principales candidatos a ocupar el sillón presidencial el 1 de enero de 2011 ya se encuentran en plena gira de apretones de manos y abrazos.

Los favoritos a suceder a Lula son el opositor José Serra (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB) y la candidata oficialista Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores, PT, izquierda), con 36% y 29% de intenciones de voto respectivamente, según la última encuesta del instituto Ibope.

Aunque no está nada dicho en términos de votación, no importa "quién sea el presidente, la política económica no va a cambiar", ya que el vencedor no va a alterar algo que ha dado buen resultado, estimó el economista Mailson da Nóbrega durante el seminario 'Perspectivas de la Economía Brasileña' realizado en Sao Paulo.

Durante la administración Lula, el gigante sudamericano conquistó "estabilidad macroeconómica, una baja volatilidad del PIB que favorece la estabilidad de la economía, transparencia y previsión en las acciones económicas del gobierno", estimó Da Nóbrega, ex ministro de Hacienda (1988 a 1990) y analista de la consultoría Tendencias.

Estas son "condiciones estructurales que favorecen a Dilma" en las próximas elecciones nacionales, sin embargo "hasta el momento el desempeño de Serra ha sido bueno", agregó.

Por su parte, el politólogo Carlos Alberto de Melo considera "un error creer que la elección será entre Serra y Dilma. El protagonista de la elección será Luiz Inácio Lula da Silva", que mantiene su popularidad en niveles históricos de más del 80%, estimó.

Durante sus ocho años de gobierno, "Lula consolidó un bloque de poder" compuesto por grandes empresas, el sindicalismo, movimientos sociales, diarios, y especialmente un líder carismático y versátil con una buena imagen nacional e internacional, opinó De Melo.

Gracias a ese bloque de poder, la candidata oficialista cuenta con condiciones muy favorables de cara a las elecciones, afirmó.

Pero "la oposición tiene a un candidato más experimentado, capacitado para enfrentar el proceso electoral", agregó sobre Serra, ex gobernador del Estado de Sao Paulo (2007-2010).

La figura de Rousseff "garantiza una influencia grande y segura de Lula dentro de su equipo" aunque "no es una candidata en la misma dimensión que Serra", destacó el politólogo al recordar que la ex jefa de gabinete (2005-2010) no tiene experiencia en contiendas electorales.

Si gana, Rousseff va a tener que gobernar con la sombra de Lula rondando por el palacio de Planalto, coincidió la politóloga Lucia Hippolito.

"Es una tradición de la política brasileña" que los ex mandatarios permanezcan políticamente activos tras abandonar su cargo, dijo, recordando algo que el propio Lula ya adelantó.

La alternativa de una "transferencia de votos" del popular presidente para su candidata es viable para ambos especialistas.

"Hay un líder popular, con aprobación positiva. La tendencia es que eso ocurra, pero no se sabe cómo esa transferencia se dará" porcentualmente, estimó De Melo.

"El primero de enero o Dilma Serra o José Rousseff va a asumir", bromeó Hippolito al señalar que, sea quien sea el futuro presidente, Brasil debe apuntar a resolver las "trabas políticas" que afectan su desarrollo.

El país tiene "todas las condiciones de un buen ambiente de crecimiento y negocios. La traba al crecimiento brasileño son las trabas políticas", explicó al señalar que existe desorden institucional, normativo, en materia de logística y transportes, y a nivel de distribución de tareas entre los estados y el gobierno federal, "donde no se sabe quién debe hacer qué".

"El desorden político puede complicar al próximo gobierno, no importa quien sea", concluyó.

El primer turno de las presidenciales brasileñas está previsto para el 3 de octubre.

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