domingo, 2 de mayo de 2010

Obama asegura que 'British Petroleum' pagará la factura de la marea negra en el Golfo de México

NUEVA ORLEÁNS.- El mal tiempo que imperaba hoy en la costa del golfo de México le impidió sobrevolar la zona para ver con sus propios ojos y a vista de pájaro el alcance de la tragedia. El presidente Barack Obama tenía intención de hacerlo en helicóptero, pero al final tuvo que conformarse con un recorrido por tierra para visitar las localidades más afectadas por la enorme mancha de petróleo que desde hace dos días ha pintado de negro el litoral.

Acompañado por el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, el presidente se trasladó hasta Venice, a unos 120 kilómetros al sur de Nueva Orleáns, y pudo encontrar algunos mensajes de bienvenida a ambos lados de la carretera en los que se podía leer Gracias por venir, aunque había sensaciones encontradas entre los habitantes de la zona. «No es momento para las críticas, pero podría haber llegado antes», decía un pescador de Ocean Springs.

Obama recibió en el Air Force One un informe actualizado por sus asesores, y más tarde y ya sobre el terreno, conoció de primera mano los trabajos que se están realizando para parar la marea negra. También tenía previsto reunirse con voluntarios que colaboran con las autoridades y tampoco se descartaba el recorrido en helicóptero.

“Nos enfrentamos a un desastre medioambiental masivo y sin precedentes”, afirmó Obama en declaraciones a la prensa bajo una intensa lluvia. El presidente defendió la actuación del Gobierno “desde el primer día”, y dijo que no escatimará recursos. Tras reiterar una vez más que British Petroleum (BP) es el responsable de lo ocurrido y que la empresa “pagará la factura”, también quiso enviar un mensaje a los afectados. “Vuestro Gobierno hará lo que tenga que hacer y durante el tiempo que haga falta”, dijo.

Los fuertes vientos y el mar embravecido están complicando las tareas de contención de la mancha de petróleo, que ya mide casi 200 kilómetros de largo y que poco a poco se acerca a la costa, amenazando también a los estados vecinos de Alabama y Florida. Una de las técnicas que se están empleando para controlar el vertido es lanzar desde aviones cisterna productos químicos para quemar el petróleo, pero tuvieron que interrumpirse el sábado por las malas condiciones meteorológicas.

Ahora, la prioridad sigue siendo cerrar la válvula de la plataforma hundida tras la explosión de hace dos semanas y que desde entonces expulsa cantidades incontrolables de crudo. Con el apoyo del servicio de la Guardia Costera, que advirtió que el vertido ha triplicado su tamaño en las últimas 48 horas, BP cuenta con seis robots submarinos para controlar la salida de petróleo del pozo a 1.500 metros de profundidad.

«Es como hacer cirugía cardiaca a esas profundidades», afirmó Lamar McKay, presidente de la filial estadounidense de la empresa británica, que reveló que ya han comenzado la perforación de nuevos pozos de seguridad para intentar reducir la presión y de paso inyectar un revestimiento que ayude a clausurar el pozo afectado. También está trabajando en la construcción de una «cúpula» de 70 toneladas que sería depositada en el fondo del mar para obstruir la salida de petróleo.

El secretario del Interior aseguró tras recorrer la zona junto a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, que las operaciones para clausurar el pozo podrían tardar tres meses, y reconoció que las consecuencias serán catastróficas. «Debemos prepararnos para lo peor», añadió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario