jueves, 6 de mayo de 2010

Pulso entre las potencias de la UE sobre el porvenir de la pesca en Europa

VIGO.- Un duro pulso se vislumbra entre las grandes potencias pesqueras de la Unión Europea (UE), con España y Francia a la cabeza, en las negociaciones para encontrar una solución a la sobreexplotación y el porvenir del sector pesquero.

El martes y este miércoles en Vigo, el mayor de los puertos españoles en el noroeste, los ministros europeos dieron el pistoletazo de salida a 15 meses de negociaciones sobre la reforma de la Política Común de la Pesca (PCP).

La comisaria europea, Maria Damanaki, espera concluir la reforma de aquí a finales de 2011. Pero el pulso que mantienen por un lado España, número uno del sector, y otros países como Francia, Irlanda y Alemania, no hizo más que comenzar.

España, que ocupa la presidencia rotatoria de la UE, tiene una cuarta parte de la flota europea en toneladas y fue acusada el lunes en un informe de Greenpeace de haber utilizado en los últimos años las subvenciones europeas para reforzar su armada de naves industriales y saquear los océanos del planeta.

Las autoridades españolas abogan sobre todo por la creación de un mercado europeo de derechos de pesca que permitiría a las empresas del sector comprar a otros sus cuotas de capturas autorizadas.

"Actualmente la pesca forma parte de esos sectores en los que no siempre se aplican las reglas del mercado interior" de la UE, argumentó el secretario general de la Confederación Española de Pescadores, Javier Garat.

En Dinamarca, donde se ha puesto en marcha un mercado de 'cuotas individuales transferibles' (QIT) a nivel nacional, la medida permitió en tres años reducir un 30% la flota, destaca la Comisión. Holanda y Estonia también sacaron un balance favorable de experiencias similares. La idea no agrada a Francia, que lo hizo saber claramente en Vigo.

Finalmente, el miedo a ver a ricas empresas extranjeras, sobre todo españolas, arrasar con sus 'derechos de recogida' llevó a casi todos los Estados, a excepción de España, a oponerse a la idea de un mercado europeo, señalaron fuentes diplomáticas. Incluso daneses, holandeses y estonios abogaron por limitar tales sistemas a nivel nacional.

España lucha también por un régimen específico de la pequeña pesca de costa (71% de su flota), y la ministra, Elena Espinosa, se congratuló este miércoles por haber logrado un consenso sobre "la pertinencia de establecer una diferencia entre la pesca artesanal y la industrial".

Pero la definición de pesca artesanal está muy lejos de lograr la unanimidad. También en ese caso, Francia es escéptica sobre la utilidad de una definición única a nivel europeo, cuando el sector es muy diferente entre un Estado y otro. Esto "crearía efectos de ganga para algunos países" en detrimento de otros que no tienen la misma estructura de la flota, destacó un negociador francés.

Finalmente, los 27 tienen todavía trabajo para definir una mayor regionalización de la toma de decisiones sin añadir más burocracia, o sobre los aspectos sociales de la PCP, en un momento en que las condiciones de empleo de los pescadores varían fuertemente de un Estado a otro.

A pocas calles de la reunión ministerial, en medio de cajas de caballas o langostinos, en Vigo, Alex, de unos 30 años, dice que no espera "nada bueno" de la reforma. Las reformas anteriores "no nos permitieron ver nunca mejoras, las cosas siempre empeoraron", opina el joven criador, que desde sus comienzos, a los 17 años, en los muelles del puerto, vio desaparecer cada vez más pesqueros locales.

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