jueves, 6 de mayo de 2010

Tres muertos durante las protestas contra la austeridad en Grecia

ATENAS.- Tres personas, una de ellas una mujer embarazada, murieron el miércoles cuando unos griegos que protestaban contra las medidas de austeridad del Gobierno lanzaron cócteles molotov a un Banco en Atenas.

Decenas de miles de trabajadores y funcionarios fiscales en huelga tomaron las calles mientras jóvenes enmascarados se enfrentaron a la policía antidisturbios, que respondió lanzando gases lacrimógenos que nublaron el centro de la ciudad.

Esta fue la peor ola de violencia que ha golpeado a Grecia desde los disturbios de 2008.

La violencia fue un revés para los planes del primer ministro, Georgios Papandreu, de avanzar con fuertes reducciones presupuestarias demandadas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional a cambio de un paquete de ayuda de 110.000 millones de euros en un plan revelado el domingo.

La policía dijo que dos mujeres y un hombre, de entre 30 y 40 años y que trabajaban en una sucursal del Banco Marfin se ahogaron por el humo después de que los manifestantes rompieran las ventanas de un edificio comercial en la céntrica avenida Stadiou y lanzaran cócteles molotov en su interior.

Funcionarios del Banco Marfin dijeron que una de las víctimas estaba embarazada.

Papandreu expresó su consternación por las muertes y prometió llevar a los responsables ante la Justicia.

"Estamos profundamente conmocionados por la muerte injusta de estas tres personas, nuestros compañeros ciudadanos, que fueron víctimas de un acto homicida", dijo al Parlamento.

También defendió sus planes de austeridad, que buscan ahorrar 30.000 millones de euros, principalmente con reducciones de salarios y pensiones, y dijo que el Gobierno no se desviaría de su camino para salvar al país de la ruina.

"Tomamos estas decisiones para salvar al país (...) La alternativa sería la bancarrota", dijo.

Manifestantes intentaron atacar el Parlamento pero fueron replegados por la policía antidisturbios poco antes de que el Congreso comenzara a debatir el proyecto de ley de austeridad.

Los conservadores de la oposición se niegan a apoyarlo, pero el Gobierno, que posee una cómoda mayoría, espera aprobarlo para el fin de la semana.

La policía estimó la convocatoria de la marcha en cerca de 30.000 personas. Pero testigos dijeron que participaron al menos 50.000, convirtiéndose fácilmente en la mayor protesta desde que Papaondreu asumiera el cargo en octubre intentando reformar una economía poco competitiva y sumida en la corrupción.

Cientos de anarquistas con capuchas negras vagaron por las calles, rompieron ventanas de tiendas y arrebataron trozos de mármol de los edificios para lanzarlos a la policía.

Pese a que fueron responsables de los peores hechos de violencia, otros manifestantes se les unieron lanzándole botellas a la policía y gritando "Ladrones".

El presidente griego, Karolos Papoulias, emitió un comunicado en el que expresó: "Nuestro país está al borde del abismo (...) Todos somos responsables de que no dé el paso hacia el abismo".

Los manifestantes se dispersaron en las últimas horas de la tarde, dejando las calles cubiertas de contenedores de basura quemados. Rompieron decenas de escaparates. Dos edificios aledaños al banco incendiado también era consumidos por el fuego.

La policía dijo que 18 personas resultaron heridas en los hechos de violencia y se hicieron 12 arrestos por llevar armas y resistencia a las autoridades.

La ayuda de la UE y el FMI tiene por fin tranquilizar a los mercados y darle al Gobierno tiempo para reformar la economía y disminuir el déficit.

La huelga del miércoles paralizó vuelos, cerró el comercio y detuvo el transporte público mientras el principal sindicato del sector público, ADEDY, dijo que planeaba más manifestaciones para la próxima semana.

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