La institución presidida por Jean Claude Trichet inició el pasado 9 de julio de 2009 las compras de este tipo de activos tanto en el mercado primario como secundario, lo que implicaba que serían aceptadas tanto cédulas de nueva emisión como las ya existentes, y había fijado un volumen total de compras de 60.000 millones de euros que serían desembolsados como límite hasta el 30 de junio de este año.
Las emisiones objeto de estas compras debían contar con una calificación mínima 'AA' o equivalente de al menos una de las principales agencias de calificación crediticia, así como con una emisión mínima de 500 millones de euros, aunque en determinadas circunstancias los bancos centrales podrán comprar emisiones inferiores a ese volumen, aunque nunca por debajo de los 100 millones de euros.
De este modo, el BCE completa otra de las medidas "no convencionales" aplicadas el año pasado en respuesta a las tensiones en los mercados financieros, ya que el próximo 1 de julio expira el préstamo de liquidez a un año a un tipo fijo del 1% por importe récord de 442.240,5 millones de euros concedido el pasado 24 de junio de 2009 en una subasta extraordinaria de refinanciación a largo plazo.
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