En su informe presupuestario mensual, el Departamento del Tesoro dijo el jueves que el déficit de mayo totalizó 135.900 millones de dólares, un 28,3% menos que en mayo del 2009. Gran parte de la mejora obedece a factores de calendario y contabilidad, que aumentaron los ingresos y redujeron los pagos mensuales de beneficios.
En los ocho meses transcurridos del año fiscal, el déficit acumulado suma 935.600 millones de dólares, un 5,7% menos que en el mismo periodo del 2009. Aunque representa una mejora, pone de nuevo al país en camino de un déficit de más de un billón de dólares.
Muchos economistas privados pronosticaron que el déficit de este año totalizará 1,3 billones de dólares, la segunda sangría de números rojos más abultada en los 224 años de historia de Estados Unidos. El año pasado el déficit llegó a 1,4 billones de dólares.
La Casa Blanca pronosticó que el déficit en el año fiscal 2011, que comienza el primero de octubre, seguirá siendo superior al billón de dólares, con 1,27 billones y pronosticó que en la próxima década el descubierto de las finanzas federales llegará a los 8,5 billones de dólares.
La marea de tinta roja se debe a los gastos extraordinarios adoptados por el gobierno en su intento de reactivar la economía y paliar los efectos de la peor recesión desde la década de 1930. La Casa Blanca insiste que ese gasto fue necesario para evitar que la recesión degenerara en una Gran Depresión.
Empero, esos gastos extraordinarios han ocasionado un repudio político en gran parte de la opinión pública. Los sondeos de opinión indican un creciente descontento con una deuda pública de 13 billones de dólares, lo que ha situado a los legisladores y políticos en el poder a la defensiva ante las elecciones de noviembre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario