Arenillas defiende que esta opción tiene una ventaja sobre la 'tasa tobin' y propuestas similares, y es que no elevaría los costes de transacción de las operaciones financieras y, por lo tanto, no tendría impacto en la liquidez de los mercados, según explica en un artículo para la fundación socialista IDEAS.
Un impuesto de este tipo lo detalló en un informe el propio Fondo Monetario Internacional y ha sido bautizado como 'impuesto sobre la actividad financiera' (FAT por sus siglas en inglés), frente a los 'impuestos a las transacciones financieras' (FTT) como la 'Tobin'.
Según Arenillas, un impuesto FAT gravaría sólo a intermediarios financieros, como instituciones con licencia bancaria, instituciones de inversión colectiva de todo tipo (incluyendo 'hedge funds' y empresas de capital riesgo) y compañías de seguros, mientras que la 'tasa Tobin' y otros FTT gravan a todo el que use valores financieros, incluidos hogares y empresas.
Es decir, con un impuesto sobre las transacciones financieras paga todo el que realiza una operación, mientras que con este otro sistema sólo pagarían los intermediarios financieros según su nivel de salarios y beneficios, argumenta el ex directivo de la CNMV.
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