En un informe sobre la eurozona, el FMI recalca que se espera que la inflación subyacente permanezca baja en los próximos dos años, ya que el crecimiento de los salarios será moderado, debido al elevado desempleo y a los apretados márgenes de beneficios.
Además, apunta que la volatilidad de los precios en las materias primeras y los cambios en los impuestos indirectos se reflejarán en la evolución de la inflación a corto plazo, pero afirma que no representan riesgos en este entorno.
En este sentido, destacó que la "excelente trayectoria" del BCE ha permitido que las expectativas de inflación sigan bien ancladas, "manteniendo a raya" los riesgos para la estabilidad de precios.
Por otro lado, también defendió las sólidas medidas que tomó la institución presidida por Jean-Claude Trichet para evitar un endurecimiento de las condiciones de crédito en algunos estados miembros que podrían haber puesto en peligro su política monetaria.
Así, destaca que el Programa para los Mercados de Valores ha reducido la extrema volatilidad en los mercados de deuda soberana, que se estaba trasladando a los mercados de crédito y financiero. No obstante resalta que la aplicación de este programa no debe ir en detrimento de la necesaria implementación de medidas para lograr la sostenibilidad fiscal.
"Pese a que el comportamiento de los bancos y las medidas de capital han mejorado sustancialmente, la debilidad en partes del sistema bancario continúa, entre preocupaciones sobre la sostenibilidad del rebote de beneficios y el todavía muy endeudado sector privado en algunos países", dijo el FMI en esa nota.
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