"Libertad y amor coinciden", subrayó asimismo el Pontífice, que evitó hacer cualquier alusión al registro y a la retención de obispos belgas con motivo de la investigación abierta a la Iglesia católica de Bélgica por la supuesta ocultación de casos de pederastia.
Benedicto XVI se refirió también a la "llamada de Dios y de sus exigencias" y señaló a aquellos que tienen la oportunidad de conocer a un joven que deja a su familia, los estudios o su trabajo para consagrarse a Dios conoce una de las "experiencias más bellas" que tienen lugar en la Iglesia.
"Quien renuncia a todo, incluso a sí mismo, para seguir a Jesús, entra en una nueva dimensión de libertad, que san Pablo define como 'caminar en función del Espíritu'", manifestó el Pontífice, que evocó de nuevo al Apóstol que escribió: "Cristo nos ha liberado para la libertad".
Una libertad que consiste en estar "al servicio los unos de los otros", recordó.
Tras el rezo del Ángelus, Benedicto XVI saludó a los peregrinos que acudieron a la plaza de San Pedro y subrayó que se acercan las vacaciones.
"Un tiempo de reposo", que espera que "se convierta en una ocasión no sólo de recuperación de las fuerzas físicas y de desarrollo intelectual, sino también de un más intenso contacto con Dios y de refuerzo de la fe".
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