sábado, 5 de junio de 2010

Escasa repercusión de las protestas en Cataluña contra la reunión en su suelo del Club Bilderberg

SITGES.-Los anticapitalistas han protagonizado desde ayer el acto principal de su programa de bienvenida al Club Bilderberg. A las 19 horas partieron desde el bar Picnic, situado en el paseo Marítimo de Sitges, hasta la rotonda de la carretera de acceso al Hotel Dolce, tomada por las Fuerzas de Seguridad. Se calcula que más de 300 agentes participan en el dispositivo.


Desde ayer por la mañana, varios grupos vinculados a asociaciones que reclaman en Internet el fin de los secretos han coordinado una agenda de actos que culminaron con una manifestación en Barcelona hoy sabado.

Hasta ahora la repercusion de las protestas está siendo escasa. El control de los más de 300 policías desplegados impide acercarse y tomar fotos a menos de un kilómetro del lujoso establecimiento.

A lo largo del día de ayer y, estos grupos, formados por gentes de varias nacionalidades, se han limitado a gritar "asesinos" cada vez que aparecía un coche blindado. Y no han dejado de hacerlo a modo de pequeño goteo.

El centenar de activistas que ayer se concentraron ante el bar Picnic del paseo marítimo de Sitges intentaba animarse mutuamente.

Los activistas han acudido a Sitges para exigir al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que deje de apoyar a un lobby privado de banqueros y multinacionales.

Un ecologista, que pidió a sus compañeros de protesta que nadie exhibiera insignias de partidos políticos, lanzó la pregunta de si era lícito financiar con fondos públicos las medidas de seguridad para proteger al club.

También denunció la presión a la que, según él, han sido sometidos los trabajadores del hotel donde se celebra la reunión, a los que se les ha exigido firmar un contrato de confidencialidad y han sido investigados.

Durante todo el día, bajo un sol que provocó más de una insolación, los activistas llegados desde países como Francia, Alemania o Canadá tuvieron que conformarse con gritar "asesinos" y "terroristas de estado" a cada coche blindado que pasaba.

Entre sus eslóganes, alusiones a la responsabilidad de algunos asistentes en la crisis financiera y preguntas sobre su papel en acontecimientos tan dispares como los atentados del 11-S o la futura invasión de Irán, considerada inminente por muchos de ellos.

Entre este colectivo, destacan varias asociaciones que dicen perseguir acabar con los secretos sobre las decisiones que toman grupos como Bilderberg y que sólo se conocen décadas después.

Este año no hay limusinas. No en vano, la crisis es nuevamente el tema estrella del debate entre los mas de 120 asistentes. Los periodistas que llevan años siguiendo las reuniones de este club, entre los que destacan el estadounidense Jim Tucker y el lituano afincado en España Daniel Estulin, aventuran que en esta ocasión intercambiarán ideas para prolongar la crisis financiera un año mas.

También trataran el futuro del euro y del dolar. Según los expertos en el club, su principal objetivo es restar autonomía a los estados y crear estructuras supranacionales para garantizar la libre circulación del capital.

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