viernes, 25 de junio de 2010

Hu Jintao va al G-20 a esperando presiones por el yuan y Corea del Norte

PEKÍN.- El presidente chino, Hu Jintao, partía el miércoles hacia Canadá, donde durante el fin de semana participará en la cumbre del G20, en la que seguramente se vea presionado sobre el régimen cambiario de su divisa, el yuan, y su apoyo a Corea del Norte.

El número uno chino realizará primero una visita de Estado de tres días a Canadá, durante la cual se reunirá con el primer ministro canadiense, Stephen Harper, antes de participar el sábado y el domingo en Toronto en la cumbre de países ricos y emergentes.

Este viaje tiene lugar días después de que el Banco Central de China se comprometiese, el pasado fin de semana, a volver a un sistema de cambio más flexible, que podría desembocar en una apreciación del yuan, reclamada por los socios comerciales de China y las grandes instituciones internacionales.

Al tiempo que advertían de que impedirían los movimientos demasiado bruscos, las autoridades monetarias chinas acompañaron su decisión de un primer gesto concreto, el martes, al fijar una tasa cambiaria al alza del 0,43% respecto a la víspera, su mayor aumento en cinco años. El cambio del yuan se debilitó sin embargo después en el mercado interbancario.

Los participantes del G20 "querrán más garantías y precisiones sobre lo que China está planeando. Querrán la garantía de que sus compromisos son reales", consideró Patrick Chovanec, economista en la Universidad Tsinghua de Pekín.

Especialmente por parte de Estados Unidos, donde la oposición a la infravaloración del yuan es virulenta y ha llevado a algunos parlamentarios a impulsar medidas de represalia contra Pekín.

El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, se mantuvo prudente ante los anuncios del Banco Central de China: el martes se congratuló por la medida, pero también llamó a Pekín a aplicar esta decisión de forma "enérgica".

Otro tema en el que Hu podría verse presionado durante la cumbre es el de Corea del Norte, cuyo principal apoyo político y económico viene de China. Desde que Pyongyang fue acusado de haber torpedeado en marzo una corbeta surcoreana, y matado a sus 46 marinos, Pekín se ha mantenido reservado, negándose a respaldar una eventual condena de Corea del Norte por el Consejo de Seguridad de la ONU. Según los expertos, China quiere evitar a toda costa desestabilizar a su vecino, temiendo que una crisis del régimen de Kim Jong-Il produzca un flujo de refugiados a su territorio.

Pero para expertos en cuestiones de seguridad como Bonnie Glaser y Brad Glosserman, la postura china mina los esfuerzos de la comunidad internacional.

"Sólo servirá para alentar las provocaciones norcoreanas y poner en peligro la paz y la seguridad que buscan tanto China como otros países del noreste asiático", escribían en un análisis reciente.

China no es sin embargo totalmente impermeable a las presiones, como lo demostró su reciente voto a favor de sanciones contra Irán en el Consejo de Seguridad de la ONU, después de haber abogado durante mucho tiempo a favor del diálogo y la vía diplomática para resolver la cuestión nuclear iraní.

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