martes, 22 de junio de 2010

Las medidas bancarias europeas marcan diferencias con EEUU

MADRID.- Las diferencias transatlánticas en torno a la crisis financiera en Europa y los remedios adoptados quedaron al descubierto el martes al defender Alemania sus planes de austeridad y advertir el presidente estadounidense Barack Obama que la reducción del gasto público podría amenazar la recuperación económica global.

El presupuesto de austeridad británico es el último de una serie en el Viejo Continente y refleja el nuevo empeño en Europa, tras décadas de largueza en los gastos sociales y quedar Grecia al borde de la bancarrota.

Por la noche, el parlamento español aprobó un esperado paquete de reformas laborales que busca apuntalar la economía nacional, aquejada por un índice de desempleo del 20%.

El paquete, que busca hacer más fácil y económico para las empresas el despido de trabajadores, fue aprobado en la cámara baja, por 168 votos a favor, ocho en contra y 173 abstenciones.

Esa votación mostró cuán aislado se ha quedado el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, en un momento en que trata de hacer frente a una crisis económica que ha provocado en todo el mundo temores de que España caiga en una situación semejante a la que provocó la pesada deuda en Grecia.

Los líderes del Grupo de los 20 se reunirán ente fin de semana en Toronto y a la cabeza de su agenda figura la reducción del gasto público, lo que preocupa a Obama de tal manera que el viernes les advirtió en una carta que no se pasen en ese empeño.

En respuesta a esa misiva, la Canciller alemana Angela Merkel defendió esta semana la reducción de 80.000 millones de dólares del gasto público, y el canciller del Tesoro británico George Osborne prepara su propio presupuesto de austeridad.

Muchos analistas concuerdan en que reducir el déficit es lo más importante en estos momentos para los europeos.

Obama "tiene razón, aunque hay países que no pueden permitirse el lujo de elegir. Tienen que reducir el gasto público rápidamente porque la alternativa es ser la siguiente Grecia", comentó el economista Jonathan Loynes, de la firma londinense Capital Economics.

El presupuesto británico reducirá con contundencia el gasto público. La carga será especialmente pesada para los consumidores, que pagarán más impuestos de venta, los acaudalados que tendrán que abonar mayores cargas en las ganancias de capital y los bancos que se verán penados con nuevos impuestos. Incluso la reina Isabel II, que aceptó la congelación del aporte que hacen los contribuyentes a la casa real, verá reducida sus finanzas. Francia y Alemania aprobaron ya medidas similares.

En Alemania, un vocero de Merkel dijo que la Canciller habló el lunes por teléfono con Obama sobre la carta que envió a los líderes del G20, en la que advirtió que no dañen la frágil recuperación de la economía global al reducir el gasto público prematuramente.

El nuevo impuesto bancario adoptado por Gran Bretaña, Francia y Alemania cobrará a los bancos según sus ganancias, para evitar que los contribuyentes tengan que aportar los fondos en caso de un rescate financiero. Empero, su pedido de un impuesto global muy probablemente no prosperará en la cumbre del G20 en Toronto.

Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy presionarán en la cumbre del G20 por un impuesto separado a las transacciones financieras, aunque Loynes no cree que sea aprobado.

Obama respaldó esta semana la propuesta aprobada el martes por el parlamento español para abaratar los costos laborales y fomentar el empleo.

Empero, no todo el mundo está convencido de que las reformas españolas fomentarán el empleo. La cuarta economía de Europa sufre un paro superior al 20% y necesita desesperadamente puestos de trabajo tras dos años de recesión.

El gobernador del Banco de España Miguel Fernández Ordóñez consideró la reforma laboral un primer paso, pero insuficiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario