El Departamento del Comercio dijo el lunes que el gasto del consumidor subió 0,2% el mes pasado, una mejora frente a la lectura de abril, que no tuvo cambios. Los ingresos personales aumentaron por sexta vez en siete meses, reforzando las finanzas familiares y potencialmente ofreciendo apoyo para un mayor gasto en el futuro.
El ligero aumento llegó debido a un gasto en servicios, probablemente resultado de los estadounidenses usando más electricidad para enfriar sus hogares a medida que las temperaturas subían. El dinero gastado en bienes se redujo.
Los ingresos personales subieron en 0,4%. El nivel de ahorro, o el porcentaje de ingresos que no se gastó, subió hasta un 4%.
El gasto cauteloso de los estadounidenses está generando un debate sobre el papel que el gobierno debería tomar a la hora de estimular la economía.
Los líderes mundiales que asistieron a la cumbre del G20 en Toronto prometieron durante el fin de semana que reducirán déficits por la mitad en países más ricos antes de 2013.
Sin embargo, a medida que el apetito por él estímulo federal se reduce en Estados Unidos, millones de estadounidenses podrían perder sus beneficios por desempleo y subsidios del sistema sanitario.
El Senado ha de decidir si aprueba extensiones de éstos, con republicanos y un demócrata citando mayores déficit como la razón para bloquearlas.
El gasto del consumidor representa el 70% aproximadamente de la actividad económica.
La economía ha crecido durante tres trimestres consecutivos. Aún así, los consumidores son cautelosos, enfrentando más desempleo, restricciones en el crédito y un mercado de la vivienda en crisis.
Si el consumo estadounidense continúa siendo débil, la economía quizás no crezca lo suficientemente rápido para generar empleo y reducir rápidamente la tasa de desempleo de 9,7%.
Los inversionistas parecían satisfechos inicialmente con los reportes de gastos e ingresos personales.
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