El ranking lo encabezan, sin embargo, los países bálticos y los del sureste europeo, con Rumanía, Bulgaria y Grecia a la cabeza, donde entre el 35% y el 40% de los encuestados augura que será despedido en el próximo año, por encima de la media comunitaria del 18%.
La encuesta pone asimismo de relieve que los ciudadanos que declaran haber tenido problemas al menos una vez en el último año para pagar las facturas, comprar comida o productos de consumo son también los que más temen no conservar su empleo.
En lo que se refiere al futuro de las pensiones, son los rumanos, griegos, portugueses, italianos y españoles los que ven su futuro más negro mientras que los daneses, suecos, holandeses y austriacos se colocan en el lado optimista de la balanza.
En todo caso, más de la mitad de los europeos (el 54%) asegura estar bastante o muy preocupado por el futuro de las pensiones y uno de cada tres da por hecho que cobrará menos que los actuales pensionistas, que tendrá que posponer la edad de jubilación o que se verá obligado a ahorrar más dinero para cuando sea viejo si quiere mantener un nivel de vida correcto.
El Eurobarómetro pregunta también a los europeos si creen que podrían perder su actual casa por falta de ingresos suficientes para pagarla. Al respecto, los más preocupados son los griegos (el 16% responde que sí se verá obligado a abandonarla) seguidos de los letones (14%), chipriotas (12%), estonios (10%) y españoles (9%).
La crisis económica ha tenido igualmente incidencia en el presupuesto sanitario de los hogares y tres de cada diez ciudadanos admite haberse visto en dificultades durante los últimos seis meses para pagar la factura sanitaria personal o de su familia.
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