domingo, 27 de junio de 2010

Los líderes del G-20 buscaron el equilibrio entre deuda y crecimiento

TORONTO.- Con una recesión mundial a sus espaldas, los líderes mundiales que se reunieron el domingo trataron de demostrar que pueden fortalecer la frágil recuperación económica a la vez que se reducen los enormes niveles de deuda de algunos gobiernos.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el presidente chino, Hu Jintao, y los líderes del resto del Grupo de los 20 se reúnen por cuarta ocasión desde que la crisis iniciada en Estados Unidos en 2007 sembró temores de una nueva Gran Depresión.

El G20, que incluye a países industrializados y economías en desarrollo donde comenzaron los problemas, se reunió el año pasado para destinar billones de dólares a la lucha contra la recesión. El grupo se ha convertido desde entonces en el foro predominante para coordinar la forma de abordar los desafíos económicos.

Con un lento crecimiento en muchos países desarrollados en este momento, Washington teme que la campaña de Europa por reducir la deuda después de la recesión pueda interrumpir la recuperación, una preocupación que también expresaron otros líderes del G20, incluido el primer ministro indio Manmohan Singh.

Pero Obama, al igual que muchos de sus homólogos, quiere preservar la unidad del G20.

"Estamos apuntando en la misma dirección, que es crecimiento sostenible a largo plazo que ponga a la gente a trabajar", declaró.

Los líderes del G20 están listos para anunciar un esfuerzo concertado para reducir a la mitad el déficit del sector público dentro de tres años y estabilizar la deuda del Gobierno también, pero además reconocerán que el comienzo de ese proceso ocurrirá a diferentes velocidades, según un borrador del comunicado que fue obtenido por Reuters.

El documento reconoce que después de la recesión, la recuperación económica varía en ritmo en distintos lugares del mundo y que se necesita un delicado equilibrio entre restaurar la disciplina presupuestaria y el crecimiento sostenido.

"Existe el riesgo de que un ajuste sincronizado en varias grandes economías pueda impactar de manera adversa la recuperación", dice. "También hay riesgo de que el no implementar la consolidación cuando sea necesario pueda socavar la confianza y dañar el crecimiento", agregó.

De hecho, la principal fuente de crecimiento ahora no son las economías más avanzadas, sino aquellas como China y otras grandes economías emergentes, que también están preocupadas sobre los problemas de deuda de los países industrializados.

La deuda agregada de países industrializados dentro del G20 alcanzaría un 107,7 por ciento del PIB este año, casi tres veces la previsión de un 37 por ciento del PIB para las economías emergentes del G20.

Los líderes del G20 también están listos para acordar duros requisitos de capital para los bancos y dar la bienvenida al reciente anuncio de Pekín de que cambiará a un tipo de cambio más flexible para el yuan durante el tiempo -una medida que algunos esperan que lleve a un aumento del valor del yuan y a una competencia más justa en el comercio mundial, dice el comunicado.

La reunión del G20 comenzó con una cena de trabajo el sábado en el corazón de Toronto, donde algunos manifestantes rompieron ventanas e incendiaron vehículos de la policía, empañando lo que fue una marcha pacífica de miles de personas.

Hay claras señales de que la sensación de urgencia que unió a los países del G20 el año pasado para combatir la recesión ya no es tan fuerte, después de lograr superar la tormenta.

Alemania, Francia y el Reino Unido están planificando impuestos a la banca para hacer que el sector financiero ayude a pagar cualquier crisis futura, pero Canadá y otras varias economías emergentes del G20 no quieren hacer lo mismo.

El comunicado muestra que los países tendrán la opción de imponer un tributo a los bancos para recuperar los costes del rescate, y pueden comenzar a aplicar normas de capital más estrictas para el sector que se apliquen a las necesidades nacionales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario