viernes, 4 de junio de 2010

Los ministros del G-20 buscan apuntalar el débil crecimiento de la economía mundial

SEÚL.- Los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G20, que reúne a las grandes potencias industriales y emergentes, iniciaron este viernes una reunión de dos días para evaluar la situación de la economía mundial y buscar un acuerdo sobre las reformas necesarias en el sistema financiero.

La mayoría de los participantes en la cumbre que se celebra en la localidad surcoreana de Busán, considera que los Estados deberían ante todo pensar en reducir su déficit y controlar el endeudamiento.

Existe en el seno del G-20 "una corriente mayoritaria para colocar la consolidación presupuestaria como prioridad número uno", dijo la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde. "Algunas voces minoritarias insisten en la necesidad de apoyar el crecimiento" ante todo, agregó la ministra.

Lagarde insistió, sin embargo, en la "necesidad de llevar tres cosas de frente: el mantenimiento del crecimiento, la recuperación de las finanzas públicas y la reforma".

"Debemos favorecer la reactivación económica, pero al mismo tiempo, no podemos renunciar a la prudencia en materia presupuestaria", declaró el ministro indio de Finanzas, Pranab Mukherjee.

"Hay que encontrar por lo tanto un equilibrio entre dos situaciones aparentemente contradictorias, éste es el desafío", agregó.

Los presentes no tuvieron problemas en ponerse de acuerdo para constatar que la economía mundial todavía estaba en una situación delicada.

"Los recientes eventos en Europa y la volatilidad en los mercados financieros han demostrado claramente que la recuperación económica todavía es frágil", declaró Yoon Jeung-hyun, el ministro surcoreano de Economía.

"Si seguimos sin actuar, la recuperación podría verse amenazada y nos arriesgamos a no poder lograr una recuperación sólida, duradera y equilibrada", añadió.

La primera sesión de trabajo de este viernes se dedicó a la economía mundial. Los miembros europeos del G20 se han esforzado en explicarles a sus colegas de los otros continentes los planes de estabilización masivos puestos en marcha para impedir que los graves problemas presupuestarios de algunos países, principalmente Grecia, provoquen un hundimiento de la zona euro.

"Me ha dado la impresión que nuestros socios estaban más bien tranquilizados por los planes de estabilización que hemos puesto en marcha", aseguró Lagarde.

Los ministros y gobernadores centrales deben reunirse el sábado para debatir de la reforma de la reglamentación del sistema financiero, así como de la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Existen pocas posibilidades de presenciar grandes progresos en uno de los grandes temas del momento: la fiscalización de los bancos para obligarlos a participar en su propio rescate de las crisis pasadas y futuras.

La idea de una tasa a los bancos es defendida por Estados Unidos y los países europeos, pero desacreditada por otros países como Brasil y Canadá. Para estos últimos, sus bancos, que no contribuyeron a la crisis financiera, no tienen por qué pagar los platos rotos.

"Medidas de regulación adecuadas pueden permitir alcanzar los objetivos que esta propuesta de imposición intenta alcanzar. No somos favorables a imponer impuestos a los bancos", afirmó así Mukherjee, en cuya opinión los ministros debería este fin de semana solamente "alcanzar algún tipo de formulación común" sobre el tema.

"Espero que lleguemos a un consenso sobre los principios. Sobre las modalidades del calendario, ya veremos", indicó por su parte Lagarde.

Las reuniones de Busán tienen como objetivo preparar la cumbre del G-20 prevista el 26 y 27 de junio en Toronto (Canadá).

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