viernes, 11 de junio de 2010

Más de diez millones de personas amenazadas por la hambruna en el Sahel

PARÍS.- Los países del Sahel, apenas repuestos de la crisis alimentaria de 2005, enfrentan una nueva emergencia debido a las malas cosechas, que corren el riesgo de dejar a unos diez millones de personas con el único recurso de esperar ayuda internacional para sobrevivir.

Los países de esta franja al sur del desierto del Sáhara están en un periodo difícil, que empieza en junio con la campaña agrícola y se cierra tres meses después con las cosechas.

Este periodo, de por sí delicado en regiones como ésta, sometidas a un clima árido y a la malnutrición estructural, lo es todavía más este año: desde Burkina Faso hasta Chad, la insuficiencia o irregularidad de las lluvias ya venía provocando cosechas malas y una grave falta de forraje para el ganado.

En Níger, el país más afectado, la situación "empeora", alertaba la semana pesada la comisaria europea de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva. Más de siete millones de personas -cerca de la mitad de la población- están afectadas, más de tres millones de las cuales están expuestas a una inseguridad alimentaria "severa".

Unos 139.000 niños son víctimas de malnutrición aguda. Cientos de miles de habitantes han huido de la sequía y del "yunwa" (el hambre, en idioma hausa) hacia el norte para refugiarse en Nigeria, y los precios de los productos alimenticios se disparan por la especulación derivada de la penuria.

"Es la peor crisis de los últimos 30 años", más dura que la de 1984 o la de 2005, afirma Alio Mahamane, miembro de la Organización Campesina de Níger. Las agencias de la ONU y las ONGs, a las que se les reprochó hace cinco años su falta de anticipación, esta vez no han tardado en reaccionar.

En el caso de Níger, la ayuda internacional se ha iniciado masivamente en mayo con la distribución gratuita de 21.000 toneladas de cereales para 1,5 millones de habitantes.

"Sin esta ayuda, sin duda estaría ya enterrado", suelta un campesino de Tahoua (oeste) al recibir un saco de cereales.

Pero falta "entre 30 y 40 millones de dólares (entre 25 y 33 millones de euros) para aguantar hasta septiembre", advierte Gianluca Ferrera, de la oficina local del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

En Chad, se trata también de evitar un "desastre", según la ONU. Entre 1,5 y 2 millones de personas necesitan asistencia y más de 700.000 se benefician de una operación de urgencia del PMA. "Estimamos nuestras necesidades en 100.000 toneladas de cereales. Hasta ahora, hemos obtenido 55.000", subraya el ministro chadiano de Agricultura, Albert Pahimi Padacké.

En Camerún, "la situación alimentaria sigue siendo extremadamente frágil en el norte", según admite un especialista del ministerio de Salud. Unas 339.000 personas viven con la ayuda de Naciones Unidas.

En el norte de Mali, más de 250.000 personas reciben ayuda de urgencia de la comunidad internacional y del gobierno, debido a la escasez de lluvias de los dos últimos años. Y en Burkina Faso, las autoridades han tenido que recurrir a la venta de cereales a precios moderados. Pese a "bolsas de sequía", la crisis está "contenida", estima Philippe Ki, de la ONG África verde.

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