En este sentido, Elena Iparraguirre, analista de S&P, explica que la revisión al alza de la previsión de pérdidas se debe "principalmente a las mayores expectativas de pérdidas de crédito en el sector inmobiliario".
Así, el nuevo cálculo de pérdidas acumuladas para el sector financiero español entre 2009 y 2011 representa el 5,3% del total de la cartera de préstamos al sector privado doméstico a finales de 2008.
"Estas cifra no representan todas las pérdidas previstas para todo el periodo de crisis ya que excluyen aquellas que creemos que ya se han materializado en 2008", indica la agencia.
Asimismo, S&P advierte de que ha revisado al alza su expectativa de pérdidas de crédito relacionadas con la exposición de la banca al sector inmobiliario, hasta el 14,5% entre 2009 y 2011, frente a la anterior previsión del 9,6%.
Como consecuencia, la agencia espera que la exposición al 'ladrillo' será responsable del 44% del total de las pérdidas crediticias del sistema, frente al 36% previsto anteriormente.
Por otro lado, la calificadora de riesgos mantiene su previsión de una caída de precios del 30% hasta 2012 desde los máximos alcanzados en 2008 y advierte de que "hasta ahora los precios sólo han bajado un 11%", lo que apunta a fuertes descensos del precio de la vivienda este año y el próximo.
Así, la agencia recuerda que el mercado inmobiliario español ha acumulado un enorme 'stock' de viviendas sin vender que "necesitará varios años" para ser reducido, mientras que la actividad en el sector continuará débil por lo que S&P augura que más promotoras atravesarán dificultades y que aumentarán las insolvencias en el sector.
"En nuestra opinión, probablemente no será una sorpresa que el sector inmobiliario representará la mayor proporción de las pérdidas de crédito, dado el abrupto ajuste del mercado inmobiliario español", señala S&P.
La actualización de las estimaciones de Standard & Poor's contrasta significativamente con los últimos datos del Banco de España, contenidos en la edición de marzo del 'Informe de estabilidad de financiera' de la institución dirigida por Miguel Angel Fernández Ordóñez, que cuantificaba en 165.500 millones el total de activos potencialmente problemáticos, de los que 42.300 estaban provisionados ya a cierre de 2009.
Además, el Banco de España destacaba en su informe que la cobertura a través de las provisiones ya constituidas por parte de las entidades "no es la única línea de defensa frente a las pérdidas que pudieran ocasionarse derivadas de la cartera potencialmente problemática, sino que habrá de considerarse su capacidad de generación de beneficios".
De este modo, la entidad afirma que si se toma en consideración un nivel de ingresos recurrentes en 2010 equivalente al observado en 2009, el conjunto de las entidades de depósito "tiene un porcentaje de cobertura de la inversión potencialmente problemática con el sector de construcción y promoción inmobiliaria del 71%".
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