sábado, 17 de julio de 2010

Cauto optimismo por el posible final del peor desastre ambiental de EEUU

NUEVA YORK.- Los estadounidenses mostraban un cauto optimismo después de que se cortara por primera vez el derrame de crudo que desde abril contamina el Golfo de México, en tanto el presidente estadounidense, Barack Obama, llamaba a la prudencia hasta que la fuga esté totalmente controlada.

El vicepresidente de BP, Kent Wells, dijo que en las primeras 24 horas de la prueba de integridad del pozo, no se han contatado fugas. "No tenemos ningún indicio de que haya escape de crudo o de gas", dijo a los periodistas.

La noticia de que las tres válvulas del gigantesco embudo se habían cerrado el jueves fue un rayo de luz para los residentes de la costa cuyos medios de vida han sido devastados.

El derrame, la mayor marea negra de la historia de Estados Unidos, se detuvo cuando las válvulas de un nuevo embudo instalado el lunes fueron cerradas, cerca de tres meses después del naufragio de la plataforma de la petrolera británica BP Deepwater Horizon.

Pero Obama se mostró cauto. "El nuevo embudo es una buena noticia", dijo a la prensa en la Casa Blanca, y agregó que "es importante que no nos adelantemos" pese a que "hay mucha información en los medios que parece indicar que esto (la contención) se ha hecho".

Obama dijo que ingenieros de BP y científicos del Gobierno estaban llevando a cabo una serie de pruebas con el fin de determinar si con el nuevo embudo se podrá poner fin a la fuga sin amenazar la estructura integral del pozo.

"Incluso si no es posible detener la fuga de petróleo, este nuevo dispositivo y su equipo adicional instalados en el Golfo serán capaces de contener hasta 80.000 barriles por día", añadió el mandatario.

Obama, quien dio este discurso antes de irse de vacaciones con su familia al Estado de Maine, advirtió que aún quedaba mucho trabajo por hacer respecto a los daños causados por la marea negra.

Una de las principales preocupaciones es la posibilidad de que, atrapado en el pozo tapado, el petróleo comprimido termine por crear brechas y se expanda de nuevo en el mar.

Un alto funcionario estadounidense señalaba antes que las primeras 24 horas de lecturas de presión en el pozo no eran concluyentes, y que el Gobierno había ordenado a BP a monitorear tanto el pozo como el lecho marino.

"En este momento no hay evidencias de que no haya integridad del pozo. Esa es una buena cosa", insistió Wells, quien agregó que las pruebas prosiguen según lo planeado.

Los ingenieros de BP medían la temperatura del pozo, que fue constante en las últimas 24 horas, lo que indica que no hay fuga de crudo, dijo Wells.

Asimismo, indicó que se colocaron sensores acústicos para detectar un eventual flujo de petróleo, en tanto las cámaras instaladas no detectaron signos de vertido.

BP intenta asegurarse, mediante mediciones de presión, que no haya fugas en el pozo que desciende a 4 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino. Hasta el momento, la firma británica está "alentada" por los resultados de las pruebas.

A causa del derrame debieron cerrar activas zonas pesqueras, mientras los turistas se han mantenido lejos de estas costas, dos fuentes de ingresos vitales para esta región del sur del país, que todavía lucha por recuperarse del paso del huracán Katrina en 2005.

También la flora y fauna se han visto cada vez más amenazadas por las inmensas manchas de petróleo que se arriman a las costas de cinco estados: Texas, Luisiana, Misisispi, Alabama y Florida.

Ello pese a que las operaciones de limpieza del vertido implicaron una quema de crudo mayor al total del derrame causado por el buque Exxon Valdez en Alaska en 1989, dijo a la prensa el vicealmirante de la Guardia Costera Paul Zunkunft, coordinador del Gobierno en la escena.

La Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que el hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon el 22 de abril provocó hasta el momento un derrame de 2,3 a 4,5 millones de barriles de crudo.

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