Además de evaluar las cifras, el mercado estará muy atento a las perspectivas de negocio que las grandes empresas de EEUU tienen para los próximos meses y a su percepción de la marcha de la economía, por la repercusión que eso puede tener para el empleo.
Una evolución favorable del mercado laboral se considera clave para elevar la confianza de los consumidores estadounidenses y estimular su apetito comprador de bienes y servicios.
Junto a las cuentas empresariales, los inversores tendrán ocasión en próximos días de constatar también el comportamiento del comercio minorista en junio y el de los precios a nivel de productor y de consumidor ese mes, entre otros datos relacionados con la actividad de la economía.
En esta primera sesión de la semana y sin datos económicos relevantes que calibrar, el mercado se mostró muy dubitativo en torno a qué dirección seguir, aunque finalmente se impuso un moderado tono comprador.
El Dow Jones de Industriales cerró con un avance del 0,18% (18,24 puntos) y finalizó en 10.216,27 unidades, con lo que amplió las ganancias logradas la pasada semana, que fue la mejor desde hace casi un año.
El selectivo S&P 500 ascendió el 0,07% (0,79 puntos), a 1.078,75 puntos y el índice compuesto del mercado Nasdaq ganó el 0,09% (1,91 puntos) y llegó a 2.198,36 unidades.
El barril de crudo de Texas para entrega en agosto se depreció el 1,49% y finalizó a 74,95 dólares, después de tres jornadas de alzas, cuando en conjunto se encareció un 5,47%.
La subida del dólar encarece las inversiones en materias primas que, como el crudo, se negocian con la divisa estadounidense.
El dólar se fortaleció ante el euro y por esa divisa europea se pagaban 1,2593 dólares al cierre del mercado bursátil, frente a 1,2640 dólares el viernes, y se mantuvo ante en el yen.
Respecto de la divisa japonesa, con un dólar se conseguían 88,62 un nivel similar al que registró el pasado viernes. La moneda estadounidense se fortaleció ante la libra esterlina, el franco suizo y el dólar canadiense.
Al tiempo, la deuda pública de EEUU a diez años bajaba de precio, y ofrecía una rentabilidad del 3,05%.
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