Ubicados a unos 30 km de Santiago, centros de esquí como El Colorado, La Parva y Valle Nevado acogían a entusiastas fanáticos de los deportes blancos, que aprovechaban canchas con nieve de mejor calidad, producto de las bajas temperaturas que azotaron a Chile las semanas pasadas.
"Cuando hace frío, la nieve no se convierte en hielo y se mantiene fresca. Al contrario de cuando hace calor, que la nieve se endurece", explicó Jorge Sapunar, del centro de esquí La Parva.
"Al cliente inicialmente le asusta el frío, porque no está tan bien preparado para soportarlo, pero después lo agradece por la calidad de la nieve", agregó.
La ola de frío "lejos de perjudicarnos, nos ayuda a conservar la nieve acumulada" en las montañas, coincide de su lado, Gabriela Hales, del centro de esquí Portillo, famoso por acoger a equipos olímpicos como el estadounidense, italiano o austríaco en sus entrenamientos de verano.
La temporada de esquí en Chile se inició hace un mes y los centros invernales ya sacan cuentas alegres, con un alza de entre un 10% en la venta de tickets, según datos del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur).
El año pasado, según el Sernatur, unos 25.000 extranjeros llegaron a los centros de esquí chilenos, provenientes principalmente de Brasil (9.529 pasajeros), Argentina (4.156) y Estados Unidos (2.840).
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