El enfrentamiento ocurrió cuando unos 500 conductores se reunieron frente al Ministerio de Transporte.
El gobierno emitió una orden de emergencia para obligar a los transportistas a que retomen sus labores en un intento por poner fin a la falta de combustible que ha paralizado fábricas y causado una escasez limitada de alimentos en diversas zonas del país.
La mayoría de las gasolineras continuaban cerradas tras una huelga de tres días que también ha afectado al sector turístico.
Los transportistas de combustible dijeron que no refutarán directamente la orden de emergencia, pero mantendrán la protesta y realizarán actos de desobediencia.
Los transportistas se oponen a los planes para la liberalización de su actividad, que está muy normada en Grecia.
La liberalización del transporte de combustible es una de las principales reformas solicitadas a Grecia para que reciba créditos de rescate de los países europeos y el Fondo Monetario Internacional.
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