domingo, 25 de julio de 2010

Los cubanos esperan que Raúl Castro concrete reformas económicas

LA HABANA.- Los cubanos esperan que el presidente Raúl Castro anuncie reformas de peso para afrontar la crisis económica, como una apertura a la pequeña iniciativa privada, el lunes, en el acto del 26 de julio, la mayor fiesta de la revolución.

Raúl Castro, quien asumió el mando cuando Fidel Castro enfermó, hace cuatro años, dará un discurso que traza líneas económicas y políticas, las cuales deberán ser ratificadas por el Parlamento cuando se reúna el próximo 1 de agosto.

Atosigados por la escasez y altos precios, fuertes recortes de gastos, los cubanos se debaten entre esperanza y pesimimo. "Me gustaría que anunciara algo, la gente habla de eso porque la situación sigue muy difícil, pero no espero mucho", dice Ivette Sánchez, ama de casa de 36 años.

Los cubanos, con salario medio de 20 dólares, no satisfacen sus necesidades pese a tener parte de los alimentos subsidiados, educación y salud gratis, y recurren al mercado negro para comprar y vender, generalmente productos robados de almacenes estatales.

"Es hora ya, de que nuestro Gobierno acabe de poner en práctica las medidas que se están analizando, cree el politólogo Esteban Morales, recién separado del Partido Comunista por una fuerte crítica a la corrupción en el Gobierno.

La urgencia viene dada por una caída en flecha de la economía, de un crecimiento del 12,6% en 2006 al 1,4% el año pasado y un moderado 1,7% previsto para 2010.

"La mayor crítica" a la política económica "es la lentitud en implementar medidas para incentivar los ingresos", opina el economista Pavel Vidal.

Raúl Castro, que tras asumir el Gobierno anunció "cambios estructurales", adoptó medidas como eliminar el igualitarismo salarial y repartir tierras ociosas en usufructo, que ya pasó el millón de hectáreas, pero sus efectos aún no se han reflejado como se esperaba en el mercado ni en la producción.

Además del golpe de tres huracanes, que dejaron 10.000 millones de dólares en pérdidas, la caída sostenida de los precios internacionales del níquel (40% en 2009) y una crisis de liquidez que llevó al recorte del 37% en las importaciones, persisten problemas estructurales en una economía controlada en un 95% por el Estado.

La producción de alimentos, declarada "estratégica" por el gobernante, es aún insuficiente para satisfacer la demanda, y el país importó en 2009 unos 1.500 millones de dólares en comestibles, muchos de los cuales se pueden cultivar en la isla.

Aunque el Gobierno mantiene hermetismo sobre planes económicos que dice haber aprobado para los próximos cinco años, según expertos, estarán encaminados a la descentralización estatal, la ampliación del trabajo por cuenta propia y la creación de cooperativas urbanas de servicios y manufacturas.

En buena parte porque la administración tiene que abrir espacio a un millón de empleados sobrantes en el aparato estatal. De una fuerza laboral de cinco millones de personas, solo 144.000 trabajaban por cuenta propia en 2009 y las cooperativas que existen son sólo agrícolas.

"Deberán incentivarse aún más las iniciativas que propicien los cambios necesarios para el incremento de los bienes y servicios que necesita la población", aún con "formas de propiedad no estatales" en gastronomía, talleres de reparación, transporte, construcción, producción de alimentos, según el economista Everleny Pérez, de la Universidad de La Habana.

"Ya no se puede esperar más. Hay que aumentar el trabajo por cuenta propia, permitir las pequeñas y medianas empresas, darle más posibilidades a los campesinos sin tantas regulaciones", coincidió el economista opositor Óscar Espinosa.

Raúl Castro advirtió en abril de que se debe evitar apresuramiento o improvisación en la "actualización del modelo económico" cubano, una forma de enfatizar que los cambios no llegarán a su carácter socialista.

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