El resultado de la votación no daba margen a duda, ya que Berlusconi dispone de una amplia mayoría y el Senado ya acordó su confianza al Gobierno a ese texto dos semanas atrás.
La asamblea deberá aprobar en forma definitiva esta ley de finanzas de aquí al jueves a las 11.00 GMT.
El Gobierno italiano había aprobado a finales de mayo por un monto de 24.000 millones de euros para los próximos dos años, con el objetivo de sanear las finanzas públicas del país en medio de la crisis de confianza que sufre Europa por los altos déficits.
Con las medidas, Italia espera reducir su déficit público al 2,7% del PIB (Producto Interior Bruto) en el 2012, tras el 5,3% del PIB registrado en 2009.
Los funcionarios del Estado italiano son los que más van a pagar el precio mayor del plan de austeridad. Según fuentes gubernamentales, los salarios de esa categoría serán congelados durante tres años.
Igualmente se mantendrá bloqueada la contratación de nuevos empleados para la administración pública, medida que ya se aplicaba.
El Gobierno va a exigir a todos los ministerios la reducción del 10% de los gastos y recortará los aportes a las entidades locales.
Entre las medidas más aceptadas figura el recorte de los salarios de los ministros así como de los altos funcionarios.
El gobierno de centro-derecha va a modificar los plazos para solicitar la jubilación, lo que obligará a muchos trabajadores a permanecer en sus puestos de trabajo varios meses más.
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