martes, 20 de julio de 2010

Negociaciones por despido masivo de trabajadores mexicanos

MÉXICO.- Tras nueve meses de protestas, el conflicto en México entre trabajadores del sector eléctrico y el gobierno federal por cierre de empresa que dejó sin empleo a miles de personas, podría encontrar solución esta semana.

La Secretaría de Gobernación (SEGOB) y los dirigentes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) reanudaron ayer el diálogo y acordaron que el próximo jueves habrá un contacto con el nuevo titular de esa dependencia, José Francisco Blake Mora.

En octubre último, por decreto presidencial, fue extinguida la compañía eléctrica Luz y Fuerza del Centro (LyFC) por elevadas pérdidas económicas y fallas tecnológicas.

Desde entonces el SME emprendió distintas gestiones políticas y legales contra la decisión del Ejecutivo, lo que incluye una huelga de hambre por parte de varios sindicalistas.

Hasta ahora no hay claridad de cómo podrían ser satisfechos los reclamos de recontratación de los despedidos mediante la figura del patrón sustituto como reclama el SME, teniendo en cuenta que los bienes de la extinta LyFC están en total uso y pasaron a manos de otra entidad estatal, la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

En las conversaciones encabezadas ayer por el subsecretario de la SEGOB, Roberto Gil, y el líder del SME, Martín Esparza, el funcionario gubernamental centró su interés en que los sindicalistas pongan fin a la huelga de hambre, pues no es justificable sacrificar vidas por "intereses coyunturales", estimó.

De acuerdo con Gil, existen "dificultades jurídicas y presupuestales" para aceptar la petición de reconocer el patrón sustituto.

"Les hemos dicho con toda claridad, sobre la base de argumentos jurídicos, que reconocer el patrón sustituto para una persona implicaría jurídicamente la obligación del gobierno de reconocer el patrón sustituto para los 44 mil ex trabajadores, con independencia de que ya se hubiesen liquidado. Esto tiene implicaciones jurídicas y económicas de gran envergadura", señaló el subsecretario.

Cuando fue cerrada LyFC en octubre de 2009, la inmensa mayoría de los despedidos expresó su decisión de no cobrar la liquidación e incorporarse a la protesta social, pero en la medida que pasó el tiempo muchos optaron por aceptar el dinero ante la necesidad de sostener a sus familias.

Sobre el tema, la prensa mexicana fue dando cuenta a lo largo de estos nueve meses de litigio.

El subsecretario Gil ofreció "mantener el espacio de diálogo con el ánimo de encontrar soluciones viables, socialmente responsables y, sobre todo, que no pongan en entredicho la solvencia de las finanzas públicas y que también generen un equilibrio a los ex trabajadores".

Para el representante de Gobernación, el Ejecutivo "ha desplegado un paquete muy importante de opciones laborales y productivas, que están a disposición de los ex trabajadores, incluyendo la contratación en la Comisión Federal de Electricidad", visión contrapuesta a la expresada por los huelguistas.

Según alegan los representantes del SME, los puestos de trabajo ofrecidos significan un retroceso, pues tienen lugar sobre la base de contrataciones individuales, es decir, pierden una de las principales conquistas del gremio: el contrato colectivo de trabajo con distintas prestaciones y amparos para los obreros.

El dirigente del SME, Martín Esparza, reconoció avances en la discusión de distintos temas, entre ellos el referido a las jubilaciones, los cuales serán discutidos el jueves venidero con el secretario Blake Mora.

En declaraciones a la prensa, Esparza reiteró que el sindicato está abierto a discutir opciones, con una posición constructiva. Los más de 17 mil trabajadores, que no se han liquidado, pueden ser contratados para ventaja también de la CFE, pues son operarios y técnicos con experiencia y capacitación, aseguró.

Mientras tanto, la salud de huelguistas del SME, instalados en el Zócalo de esta capital, continúa empeorando y pese a los reclamos de que abandonen el ayuno, reiteraron la disposición de continuar hasta lograr respuestas efectivas del gobierno.

La SEGOB responsabilizó a la dirigencia sindical por la posible muerte de alguno de los incorporados al ayuno; tratan de hacer creer que realmente le interesa la salud y la vida de nuestros compañeros; pero por un lado pide que se levante la huelga y por otro no nos da solución y la tiene en sus manos, declaró Esparza.

Gobernación pidió mediante misiva oficial que la dirigencia del SME "ejerza su liderazgo con sabiduría y sensatez" para levantar la huelga de hambre.

Para Esparza la "sensatez la da el respeto a la Constitución, a la Ley Federal del Trabajo".

También explicó que él respetará la voluntad de Cayetano Cabrera y Miguel Ángel Ibarra, con más de 80 días de ayuno, y la de todos los huelguistas que "con mucha dignidad están demandando les regresen su trabajo".

Está por ver qué progreso puede alcanzarse durante las pláticas del jueves, pero no hay claridad de cómo va a ser resuelto el punto medular del diferendo: ofrecer empleo digno a miles de ex trabajadores de LyFC.

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