lunes, 12 de julio de 2010

Occidente corre riesgo de vivir una situación "a la japonesa" por la crisis

PARÍS.- Las potencias de Occidente endeudadas y en crisis financiera podrían conocer un crecimiento débil durante mucho tiempo, como le ocurrió a Japón durante la década del 90, afirman algunos economistas, a pesar de que la comparación tenga sus límites.

Con los problemas presupuestarios en Europa y los temores sobre el vigor de la reactivación en Estados Unidos, la recuperación de los países desarrollados tras la recesión 2008-2009 sigue en duda.

"Tasas de endeudamiento vertiginosas, duras presiones deflacionistas y crisis bancaria: el guión 'a la japonesa' se precisa", advirtieron recientemente el economista Frédéric Bonnevay y el banquero Philippe Bruneau en un artículo en el diario francés La Tribune.

El estallido de una burbuja financiera e inmobiliaria en Japón, que se extendió varios años durante la década de los 90, había hundido a la segunda potencia económica del mundo en la deflación a raíz de una capacidad de producción de las empresas superior a la demanda.

El país había sufrido ese movimiento negativo de baja de precios y salarios desde 1997 hasta 2006. El crecimiento no superó el 1% de media entre 1992 y 2002, un período denominado de manera controvertida 'la década perdida' de Japón.

"Si no se lanza una política para reducir los déficits e impulsar las inversiones, le va a tocar a Occidente probar la experiencia japonesa", subraya el experto Gary Hufbauer, del instituto de economía internacional Peterson, con sede en Washington, DC.

Estados Unidos y sobre todo los países europeos prometieron reducir sus déficits y sus deuda públicas, que explotaron en los dos últimos años cuando salieron al rescate de los bancos hundidos por préstamos incobrables.

Según Hufbauer, sólo inversiones masivas del sector privado podrían equilibrar el efecto negativo de la austeridad presupuestaria sobre el crecimiento. Para alentar esas inversiones, este experto sugiere reducir los impuestos a las empresas.

Pero, pase lo que pase, "esos países deberán pagar el precio" de sus generosos gastos durante la tormenta financiera, previene Iván Selischev, profesor de la Universidad de Gestión de Niigata (en el centro de Japón).

Este experto afirma que tanto Estados Unidos como Europa están en una situación comparable a la de Japón durante la segunda mitad de los años 90: "Ambos sufrieron un golpe muy fuerte: el estallido de la burburja en Japón y la quiebra de Lehman Brothers en Occidente", explicó.

En Tokio hace quince años, como en Washington, Londres o París en los últimos tiempos, los Gobiernos reaccionaron aumentando los déficits, a pesar de que esta política fue más progresiva y duró unos diez años en Japón y en cambio fue concentrada en unos pocos meses en Occidente.

"Sin embargo, en el archipiélago, la crisis afectaba sobre todo a los bancos, hundidos por créditos dudosos", señaló Selischev.

"En cambio en Estados Unidos y los países europeos, se trata de una crisis estructural del conjunto del sistema financiero, donde fallaron reguladores, diversas instituciones y bancos", comparó.

En Japón, agregó el experto, el crecimiento débil fue provocado por el escaso consumo de hogares prudentes, mientras en que Estados Unidos fue el exceso de consumo de hogares dispuestos a endeudarse lo que en parte provocó los problemas.

Estas dos diferencias incitan a ser prudentes a la hora de dar por sentada la analogía entre un caso y otro.

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