sábado, 10 de julio de 2010

Se acerca la recta final para ley de reforma financiera en EE UU

WASHINGTON.- Líderes demócratas en el Senado intentan asegurarse los últimos votos necesarios para aprobar un proyecto de ley la semana próxima que impondría la reforma más radical a los bancos y Wall Street desde la Gran Depresión. El sector financiero y los consumidores ya están esperando el impacto, y en algunos casos preparándose para recibir un golpe.

Los bancos podrían ver afectadas sus ganancias. Los prestamistas tendrán que revelar más información. Los prestatarios tendrán que demostrar su capacidad de pagar. Va a ser más difícil para los poderes financieros obviar regulaciones. Monitores del gobierno estarán bajo estrictas órdenes de examinar más cualquier conducta riesgosa.

No todos los cambios ocurrirán de inmediato una vez el Congreso le entregue la ley al presidente Barack Obama. La ley da a los reguladores federales dos años para escribir nuevas reglas para Wall Street. En algunos casos, el calendario no está especificado.

Diana Farrell, subdirectora del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, dice que algunos ajustes ya están en marcha, con los grandes bancos reexaminando sus prácticas comerciales y preparándose para un nuevo sistema de supervisión que les requerirá escribir sus propios planes funerales en caso de una quiebra.

"Existe algún impacto inmediato", dijo Scott Talbott, vicepresidente de Financial Services Roundtable, un grupo de la industria que representa a algunos de los mayores bancos en Estados Unidos. Pero va a tomar dos años para que se sienta el impacto pleno, antes de que comience a amainar la incertidumbre".

"En general", dijo Travis Plunkett, director legislativo de Consumer Federation of America, "comenzando con las regulaciones para consumidores, esta legislación es un hito".

La medida ha seguido un proceso altamente partidista. La cámara baja la aprobó el 30 de junio con solamente tres votos republicanos a favor.

En el Senado necesita 60 votos. El líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, aplazó la votación final en la cámara alta hasta después del feriado del Día de la Independencia a causa de la muerte del senador demócrata Robert Byrd, y dudas de tres republicanos que previamente habían apoyado la propuesta. Uno de esos legisladores, Susan Collins, ahora la apoya.

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