Christian Blaabjerg, jefe de Estrategia de Renta Variable de la entidad, considera que realizar estas pruebas "se convierte en un ejercicio de equilibrista".
"Por una parte, se trata de reconfortar. Los resultados tienen que reconfortar al mercado y al público en general, al comprobar que los bancos tienen capital suficiente para aguantar cualquier turbulencia que pueda acontecer.
Por otra parte, existe el peligro de que si los escenarios son demasiado fáciles para los bancos, los inversores podrían ver los test como simples intentos de manipular la opinión del mercado y esconder problemas de base. En este caso, los test podrían contribuir de hecho a incrementar las turbulencias del mercado", advierte.
Así, a la vista de la escasa información que obra en poder de la entidad sobre estas pruebas, espera que los resultados ofrezcan "las mismas razones para el optimismo que en los test de Estados Unidos de hace un año".
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