Es momento de "lanzar una discusión pública sobre la necesidad de que Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay construyan una nueva geopolítica de cooperación y desarrollo", subrayó el viceministro de Relaciones Exteriores uruguayo, Roberto Conde.
En tal sentido, Uruguay aspira ahora "a adoptar medidas comunes de investigación, diagnóstico y protección de toda la cuenca del Plata (quinta cuenca hidrográfica más grande del mundo y principal sistema de alimentación del acuífero guaraní), que es nuestra fuente de vida y cuya situación es alarmante", advirtió Conde.
Las proyecciones se trazan después del acuerdo suscrito el miércoles en Buenos Aires por los presidentes de Argentina, Cristina Kirchner, y de Uruguay, José Mujica, que contempla la creación en un plazo de 30 días de un comité científico en el seno de la Comisión Administradora del río Uruguay (CARU), que tendrá a su cargo el control ambiental del cauce compartido.
La alianza permitirá abordar "un trabajo enorme de protección y recuperación de la cuenca del río Uruguay" mediante un proyecto científico "muy ambicioso en el campo industrial, agropecuario y de desarrollo urbano", destacó Conde.
La controversia originada a raíz de la instalación de una pastera de la empresa finlandesa UPM (ex Botnia) llegó hasta los estrados de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, máxima instancia judicial de la ONU, cuya jurisdicción está prevista en un tratado binacional.
Por su parte, Mujica afirmó que el acuerdo "le da conformidad a las dos sociedades y a los dos gobiernos", aunque no calificó a la de la víspera como una jornada "histórica" tras un tenso conflicto de siete años, sino de "historieta" (fábula) que pasó "al telón de los recuerdos".
El presidente uruguayo dijo a la prensa que la fórmula acordada "permitirá que la Dinama (Dirección Nacional de Medio Ambiente), junto a una comisión científica que va a responder a la CARU, de hombres de ciencia, monitoreen alternativamente" en ambas márgenes del río.
"Se va a comenzar con la planta de UPM y se continuará con las bocas del río Gualeguaychú" (Argentina), agregó el mandatario.
El acuerdo también generó satisfacción en el departamento uruguayo de Río Negro, donde se erige la fábrica y el principal paso fronterizo entre Argentina y Uruguay, que hasta el pasado 19 de junio permaneció bloqueado tres años y medio por parte de activistas argentinos, en protesta por su funcionamiento, que alegan es contaminante.
"Estoy conforme con lo que se logró. Lo que se esperaba desde hace mucho tiempo era entregarle a la CARU la responsabilidad del seguimiento y control de la calidad del agua del río", señaló al sitio web Observa el intendente de Río Negro, Omar Lafluf, quien espera que todo quede "en un tema medioambiental, como debió ser siempre", en alusión a los roces políticos y sociales que desencadenó el conflicto.
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