viernes, 9 de julio de 2010

Y si el euro se rompe... ¿qué será de nosotros? / S. McCoy


Ha sido el jinete del apocalipsis Ambrose Evans-Pritchard quien me puesto en la pista del último trabajo de Marc Cliffe, economista jefe de ING. Hasta ahora era un personaje completamente desconocido para mí y, lo poco que ahora sé de él, lo he sacado de la web corporativa del banco y de la suya propia en la que, por cierto, hace una muy interesante enumeración de los 14 temas que, a su juicio, determinarán el futuro de la economía financiera tras la presente crisis.

Su último trabajo versa sobre una cuestión de candente actualidad: los potenciales efectos económicos de una ruptura de la Eurozona, con reversión del euro a las antiguas monedas nacionales. Aunque estoy seguro de que no es el único, sí es el primer documento que ha llegado a mis manos sobre este particular (32 páginas disponibles aquí). Sus conclusiones coinciden con la modesta opinión de quien suscribe estas líneas: son tales los costes a corto plazo –ámbito temporal del informe- asociados a un acontecimiento de este tipo para los actores involucrados que sería un suicidio propiciarlo alegremente.

Se trata, como el mismo Cliffe señala, de un ejercicio que persigue “cuantificar lo incuantificable”, más allá de probabilidades, consideraciones políticas o de inciertos efectos en el futuro más distante. “Los márgenes de incertidumbre en los que se mueve un supuesto de este tipo son ingentes. Sin embargo, alguien tenía que hacer este trabajo sucio. Y somos nosotros”, apunta en la página 6 del documento. ¿Una manera de situar en el mapa su devaluada banca de inversión, apenas presente en los rankings?

Sea como fuere, merece la pena recorrer sus líneas aunque sólo sea con la intención de tener un escenario teórico en la cabeza. Sus conclusiones se agrupan en 6 grandes categorías:

  1. Actividad productiva. Se produciría en la región una caída acumulada en dos años superior al 10% en todos los estados antes miembros, con un fuerte impacto colateral sobre Reino Unido y Europa del Este. Mientras que los países periféricos vivirían una inflación cercana al doble dígito en el año inmediatamente posterior a la ruptura, los core se podrían encontrar con episodios deflacionarios.
  2. Sector financiero. La redenominación de las deudas a divisa local no eliminaría la necesidad de un ajuste de la misma a niveles más razonables. No sería descartable la implantación de controles de capital, por una parte, ni una ruptura del sistema de pagos, por otra. Cabe pensar en una intervención pública en la banca de la mayoría de las naciones con un deterioro adicional de déficits y deuda estatales.
  3. Tipos de interés y rentabilidades. Enorme divergencia a resultas del distinto escenario de precios. Mientras que en Alemania u Holanda se vería un aplanamiento de toda la curva, menores tipos de intervención y compras masivas de su deuda derivadas de una búsqueda de seguridad, ocurriría lo contrario en los llamados PIGS donde habría un repunte del corto y un incremento paralelo del largo.
  4. Tipo de cambio. Contracción del euro hasta niveles de 0,70/0,75 coincidiendo con el anuncio de la ruptura y enorme volatilidad en las monedas locales a partir de entonces hasta que se ajusten a sus niveles reales de competitividad (interesante el cuadro de la página 12). El Dracma se depreciaría un 80% contra el nuevo Marco; la Peseta, el Escudo y la Libra Irlandesa lo harían cerca del 50%; mientras que en el caso del Franco la devaluación se limitaría a un 15%.
  5. Diferenciales de crédito. Las ventas forzadas podrían llevar los rendimientos implícitos a niveles estratosféricos en primera instancia, con los diferenciales volviendo a los niveles álgidos de esta crisis.
  6. Inmobiliario y bolsas. Obviamente las caídas serían importantes, más en términos reales que nominales, especialmente en los países periféricos. La salida de fondos de los estados miembros más débiles colapsaría sus bolsas en un primer momento. No obstante, las devaluaciones de sus monedas y el rebrote inflacionista auguraría un mejor entorno en los años sucesivos.

A partir de la página 16 del análisis encuentran una relación cuantitativa completa con las principales hipótesis y los efectos sobre la Europa de los 12, Reino Unido, Europa del Este, Estados Unidos, Asia ex Japón y Japón tanto para una ruptura completa de la Eurozona como de la salida de uno de sus miembros (Grecia). Para un servidor todo esto no es más que economía ficción pero no está mal presentar estudios como éste para dar a las cosas la relevancia que tienen. Que se habla de determinadas cuestiones sin una mínima reflexión previa, ¿no creen? En mi opinión, la actual crisis sigue siendo una oportunidad para más Europa y no para menos, ese concepto ahora discutido y hasta discutible.

Buen fin de semana a todos. No olviden que la ilusión es un estado que se consolida en el día a día. No depende de que un balón entre en la portería. Que nada les robe su derecho a ser felices siempre.

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