Fruto de esta evolución, el PIB caerá un 0,6% en 2010, el doble de lo esperado por el Gobierno, mientras que crecerá en la misma proporción durante 2011, año en el que se registrarán tasas positivas de crecimiento, ya sin riesgo de recaída.
Asimismo, el incremento del IVA a partir del mes de julio tendrá un impacto de tres décimas sobre la inflación subyacente --descontados alimentos frescos y productos energéticos-- y de cinco décimas sobre la inflación total.
El efecto del cambio impositivo se prolongará en el mes de agosto, con una subida de cuatro décimas para el índice total y de seis décimas para el subyacente, y se estabilizará en septiembre, con un incremento de siete y cinco décimas, respectivamente.
De esta forma, las previsiones de inflación para la economía española apuntan a una tasa media del 1,7% para 2010 y del 1,3% para 2011.
Por su parte, la tasa de paro podría descender en el tercer trimestre de 2010 hasta el 19,5% debido al factor estacional, pero cerrará el año en el entorno del 19,9%, lo que se corresponderá con un total de 4,5 y 4,6 millones de parados en los dos últimos trimestres, respectivamente.
Para 2011 la tasa de desempleo aumentará en medio punto, hasta el 20,4%, aunque en el primer trimestre podría alcanzar el 20,9%, con 4,8 millones de parados.
Las previsiones de la institución señalan que el empleo caerá un 2,2% en 2010, una décima menos que en las anteriores proyecciones, evolución que supondría una pérdida de empleo para unas 200.000 personas, mientras que en 2011 este descenso será del 0,3%.
A la pérdida de empleo en el actual ejercicio contribuirán todos los grandes sectores de actividad, siendo la construcción el que seguirá mostrando una mayor intensidad en la caída (-10,4%), seguida de la industria (-6,7%), la agricultura (-0,8%) y los servicios (-0,2%).
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