domingo, 22 de agosto de 2010

El éxodo por el Ramadán perjudica al turismo en Túnez

TÚNEZ.- Durante el momento más activo de la temporada de verano en Túnez, los cielos son azules y el mar Mediterráneo llama, pero Rabeh Lounassa acortará sus vacaciones e irá a su casa en Argelia.

"Me gustaría quedarme aquí para seguir con mis vacaciones pero el Ramadán es un mes sagrado y usualmente lo paso con mi familia", afirmó mientras esperaba para compartir un taxi que lo lleve a la ciudad de Annaba, al otro lado de la frontera con Argelia.

Este año, el mes sagrado de Ramadán cayó en la mitad de la temporada de vacaciones y cientos de miles de visitantes musulmanes hicieron las maletas y regresaron a sus casas, dejando a la industria turística de Túnez asumir los gastos.

Túnez está particularmente expuesta a la caída en la actividad comercial, dado que de los siete millones de visitantes que viajan cada año aproximadamente unos tres millones son musulmanes de los países vecinos de Libia y Argelia.

Por ello, mientras los turistas de Europa se quedan, la mayoría de los visitantes de Libia y Argelia se van. Como consecuencia, muchos hoteles, restaurantes, playas y cafés están medio vacíos, según altos cargos de centros turísticos.

"Parece como si la temporada hubiese terminado incluso antes de empezar", dijo Imed Zid, un gerente de hotel en Sousse, un centro turístico que se encuentra al sur de la capital tunecina.

"La mayoría de nuestros clientes del norte de África ya se han ido. A pesar de la publicidad, los descuentos, las actividades planeadas especiales, los turistas árabes insisten en irse a sus casas", indicó.

Tradicionalmente, el Ramadán se conmemora en la casa familiar porque el mes incluye un fuerte énfasis en los encuentros familiares.

La fecha de Ramadán varía levemente cada año con respecto al calendario gregoriano utilizado en gran parte del mundo porque está fijado por el calendario lunar islámico, que cuenta 345 ó 355 días cada año.

Túnez necesita turistas. A diferencia de Argelia y Libia, el país de 10 millones de habitantes no produce grandes cantidades de petróleo y gas. El turismo es el mayor generador de divisas extranjeras y el segundo mayor empleador después de la agricultura.

Cada año el turismo contribuye con 2.400 millones de dólares (1.890 millones de euros) al presupuesto estatal, o con el 20 por ciento de los ingresos.

Esperando proteger ese ingreso, el sector ha estado tratando de persuadir a los musulmanes de que pueden celebrar el Ramadán y estar de vacaciones al mismo tiempo.

El ministro de Turismo dijo que los hoteles ofrecerán el "suhoor", el desayuno antes del amanecer, y se organizarán noches musicales y las piscinas y playas permanecerán abiertas por la noche para que la gente pueda aprovechar al máximo su tiempo cuando no está ayunando.

Slim Tlatli, ministro de Turismo, dijo que se ofrecerán taxis y autobuses para trasladar a los turistas desde los hoteles hasta las mezquitas cercanas para las oraciones "Taraweeh", los rezos de la noche realizados durante el Ramadán.

También ha habido una campaña de marketing, con publicidad transmitida por la radio argelina y ofertas especiales a agentes de viajes, según informaron periódicos del país.

Pero para el centro turístico de Hammamet, mayormente frecuentado por libios y argelinos, la campaña no fue suficiente para evitar la pronunciada caída en las reservas.

"Queda claro que el número de turistas árabes caerá en al menos 50 por ciento durante este mes", dijo Fethi Trabelsi, un directivo de un hotel en el centro turístico.

"Las reservas ya han bajado y muchos hoteles están empezando a reducir sus tarifas", aseveró.

Es un problema al que la industria del turismo de Túnez tendrá que acostumbrarse porque el Ramadán chocará con la temporada de vacaciones de verano durante otros seis o siete años.

Este año el mes sagrado comenzó el 11 de agosto y cada año empezará antes, con una diferencia de 10 a 11 días.

"Túnez debe trabajar para diversificar sus productos turísticos y no adoptar soluciones temporales", dijo a Reuters Mohamed Bargaoui, un experto en el sector del turismo.

Aguardando su taxi para regresar a Argelia, Rabeh Lounassa dice que necesita pasar al menos parte del Ramadán con su familia. Pero afirmó que podría tentarse y regresar.

"Tal vez regrese en 10 días. Veremos", expresó.

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