martes, 10 de agosto de 2010

El humo de los incendios rusos podría llegar al Ártico

OSLO.- El humo de los incendios forestales que ahoga a Moscú agrava los problemas de salud causados por las "nubes marrones" que se desplazan desde Asia y hacia el Amazonas, y el hollín ruso podría agudizar el calentamiento global acelerando el deshielo del Ártico, según expertos ambientales.

"Los efectos para la salud de esas nubes son enormes", dijo Veerabhadran Ramanathan, encargado de un estudio del Programa Ambiental de Naciones Unidas (UNEP en sus siglas en inglés) sobre las "nubes marrones", causantes de una disminución de la luz solar en ciudades como Pekín o Nueva Delhi, y que afectan al crecimiento de cultivos en Asia.

Estas nubes son una neblina de contaminación procedente de automóviles, centrales eléctricas que funcionan con carbón, incendios forestales o la quema de materiales como madera para cocinar y producir calor. Son casi permanentes y causan enfermedades respiratorias y coronarias crónicas.

"En Asia, sólo el humo del interior de las viviendas - producido porque la gente cocina con leña - causa más de un millón de muertes al año", dijo a Reuters Ramanathan, de la Universidad de California, San Diego.

El máximo responsable sanitario de Moscú dijo el lunes que cerca de 700 personas están muriendo a diario estos días, el doble de lo habitual, mientras Rusia vive su peor ola de calor en 130 años.

"Los incendios rusos son en principio similares a lo que ves de otras nubes marrones", dijo Henning Rodhe de la Universidad de Estocolmo, subdirector del estudio de UNEP sobre nubes marrones atmosféricas.

"La diferencia es que ésta sólo dura unas pocas semanas", agregó.

Para el clima, "la principal preocupación (...) es qué impacto tendría el humo ruso en el Ártico, en términos de carbono negro y otras (partículas) en el humo que caigan sobre el hielo marítimo", señaló Ramanathan.

Kim Holmen, que dirige el departamento de investigación del Instituto Polar Noruego, dijo que en los últimos años "hemos tenido episodios de biomasa quemándose que llevó nubes sobre el Ártico".

Holmen, que dirige una estación de supervisión de contaminación en Svalbard, en el alto Ártico, explicó que el aire sobre Rusia ha estado bastante estable en los últimos días, concentrando el humo sobre la tierra.

Un cambio en los vientos que alivie la contaminación en Moscú podría llevar el smog hacia el norte.

El hielo del mar Ártico, que disminuye a mediados de septiembre a un mínimo anual antes de la congelación que conlleva el invierno, actualmente cubre una zona apenas mayor que en 2007 y 2008, las extensiones más pequeñas registradas desde que comenzaron las mediciones por satélite en los años 70.

Los incendios forestales en Rusia están consumiendo cerca de 1.740 kilómetros cuadrados, según el Ministerio ruso de Emergencias.

Holmen reiteró la preocupación de las autoridades rusas de que los incendios podrían liberar elementos radioactivos atrapados en la vegetación desde el desastre nuclear de Chernobyl en 1986.

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