UGT se apoya en los datos de la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo del Ministerio de Trabajo e Inmigración para justificar el incremento de la afiliación sindical.
Al finalizar 2007, año de estallido de la crisis, los trabajadores afiliados a los sindicatos alcanzaban los 3.216.248, mientras que en 2009 esta cifra se ha elevado hasta los 3.248.736, es decir, 32.488 afiliados más que en 2007.
Sin embargo, si se comparan los datos de 2009 con los de 2008, se observa un descenso de la afiliación sindical de 276.086 ocupados, pues en aquel año los trabajadores que con algún tipo de afiliación sindical superaron los 3,5 millones. El sindicato achaca este retroceso a la fuerte caída de la población ocupada e insiste en que durante los años de la crisis no se han perdido afiliados, sino que se han ganado casi 32.500.
La organización que dirige Cándido Méndez argumenta además que estas cifras sólo tienen en cuenta la afiliación entre los trabajadores ocupados y no la que se registra entre los trabajadores en paro.
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