miércoles, 4 de agosto de 2010

Los sindicatos chinos sienten la presión de los trabajadores

SHANGHAI.- La ola de huelgas que repercute en el sector manufacturero en el sur de China ha obligado a los sindicatos oficiales a intentar algo novedoso: representar a los trabajadores o arriesgarse a quedar marginados para siempre.

Los trabajadores migrantes, cansados de los sindicatos que consideran ineficaces o aliados con la patronal, prefirieron ignorarlos cuando formularon demandas de mayores salarios y mejores beneficios. Fue un llamado de atención para la central sindical nacional y sus jerarcas, los líderes comunistas que dieron por sentado que podían confiar en ella para mantener a raya los reclamos de los trabajadores.

Fundada sobre la ola de una revolución obrera y campesina, la central sindical china ha sido una paradoja. Con 1.800.000 de sindicatos y 226 millones de miembros registrados, es el mayor organismo laboral en el mundo. Pero para la mayoría de los trabajadores chinos, los sindicatos han sido en gran medida irrelevantes porque pocas veces se han manifestado en nombre de sus representados.

Pero históricamente la central fue creada para transmitir las instrucciones del Partido Comunista a los trabajadores y no para representarlos. Los líderes sindicales a menudo han provenido de las filas de los gerentes de las empresas o familiares del propietario. A niveles más altos suelen ser designados por el Partido Comunista.

Decenas de huelgas entre mayo y julio que obligaron a algunas compañías _entre ellas Honda Motor Co. y Toyota Motor Corp._ a paralizar su producción han puesto de manifiesto un cambio demográfico notorio en China: sus ciudadanos envejecen mientras tres décadas de política de restricción a un solo hijo por matrimonio han limitado la cantidad de población en edad de trabajo. Los trabajadores migrantes sienten crecer su poder de negociación a medida que una generación más joven, mejor educada y más enérgica se incorpora a la fuerza laboral.

Los reformistas dentro del organismo sindical promueven cambios y hallan apoyo en las filas superiores del Partido Comunista que confían en que un sindicato nacional más vigoroso aplaque la frustración de los trabajadores, en momentos en que China intenta la difícil transición de dejar de ser una economía predominantemente manufacturera con mano de obra barata.

La central sindical ha impartido varias directivas a los sindicatos para que sean más democráticos y representen mejor a los trabajadores. También ha instado a crear sindicatos en las compañías operadas por extranjeros, donde se han producido muchas de las huelgas recientes.

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