"La transición hacia estándares de capital y liquidez más sólidos probablemente tendrá un impacto modesto sobre la producción agregada", explicaron los supervisores en sendos informes dirigidos a calibrar el impacto de las nuevas reglas en la economía.
En concreto, los supervisores concluyen que si estas mayores exigencias se distribuyen en cuatro años, cada punto porcentual más en el ratio de capital de la banca conlleva un retroceso del 0,2% en el PIB respecto a su escenario base al completarse la transición, lo que se traduce en un impacto negativo anual del 0,04% en un periodo de cuatro años y medio.
"El análisis constata que los costes macroeconómicos de aplicar reglas más fuertes son manejables, mientras que los beneficios a largo plazo para la estabilidad financiera y un crecimiento económico más estable son sustanciales", dijo el presidente del Foro de Estabilidad Financiera y gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi.
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