miércoles, 18 de agosto de 2010

Más de un millón de funcionarios sudafricanos van a la huelga

CIUDAD DEL CABO.- Más de un millón de trabajadores estatales sudafricanos participaron el miércoles en una huelga en reclamación de mejores salarios y amenazaron con prolongar sus acciones, lo que podría frenar la mayor economía de África.

No se espera que la huelga, en la que se informaron de escaramuzas en hospitales y escuelas, tenga un impacto inmediato relevante en la economía, pero si se prolongara podría afectar el comercio interno y hacia el exterior.

"No tenemos nada que perder, más que las cadenas que nos atan", dijo Norman Mampane, portavoz nacional del Sindicato de Policías y Gendarmes POPCRU, uno de los grupos en la coalición laboral que representa a alrededor de 1,3 millones de trabajadores estatales.

Las medidas laborales podrían escalar el jueves al unirse más sindicatos al paro, con protestas como el bloqueo de una de las principales autopistas en Johannesburgo por parte de profesores y los piquetes de trabajadores sanitarios en las afueras de las emergencias hospitalarias.

Los economistas temen que independientemente del acuerdo al que se llegue, los gastos del Estado aumentarán cuando el Gobierno está tratando de reducir su déficit desde un 6,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).

"Como gobierno, como empleador, hemos indicado y demostrado a todos que nuestra capacidad de gasto está actualmente agotada", explicó el ministro de Servicios Públicos, Richard Baloyi, durante una conferencia de prensa en Ciudad del Cabo.

Baloyi agregó que un acuerdo costaría por lo menos 5.000 millones de rands (690 millones de dólares) más de lo presupuestado y tendrían que hacerse recortes en otros lados. Reiteró la amenaza de que el Gobierno podría imponer unilateralmente una oferta salarial para terminar con la huelga.

Analistas esperan que se alcance un acuerdo en los próximos días o a más tardar antes de septiembre, lo que podría reducir los daños económicos.

La semana pasada, los sindicatos realizaron un paro de un día como advertencia y dijeron que las acciones del miércoles podrían ser el principio de la mayor huelga de empleados públicos en tres años.

El paro aumenta la presión sobre el partido en el poder, el Congreso Nacional Africano del presidente Jacob Zuma, para que alcance un acuerdo con los sindicatos y calmen a sus aliados tradicionales, que han sido una fuente fiable de votos.

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