domingo, 22 de agosto de 2010

Praga anuncia un plan para sacar a los vagabundos del centro de la ciudad

PRAGA.- Una iniciativa del gobierno (conservador) de Praga, que pretende crear un campamento de recogida para personas sin techo con el fin de sacarlos del centro de la ciudad, ha causado polémica en esta capital, uno de los destinos turísticos más importantes de Europa.

El concejal praguense de asuntos sociales, Jiri Janecek, explicó esta semana que aquellas personas "que no quieran colaborar en su vuelta a la vida normal o aquellos que en la actualidad no tienen nadie que se ocupe de ellos" serán trasladados a ese campamento, en las afueras de Praga.

"Me parece que los ediles no entienden la problemática de los vagabundos. Segregar a esta gente es una medida rara, violenta, y no es solución para ellos", dijo el empresario Robert Kleinhampl, que administra un edificio de oficinas en la Avenida Nacional, donde a menudo se da cita este colectivo.

"El 90 por ciento es normal, y no hace nada malo, mendigan a lo sumo. Y sólo un pequeño grupo crea problemas", añade Kleinhampl.

El empresario sí que considera acertado el acondicionamiento por parte del Ayuntamiento de un antiguo barco remolcador, con capacidad para 250 vagabundos, y que permanece fondeado en el río Moldava.

Se estima que en la capital checa hay unas 3.500 personas que viven en la calle sin vivienda fija, frente a los 350 que tendría lugar en el campamento planeado, según explicó Jan Kadlec, de la organización caritativa "Nadeje" (Esperanza, en español).

Actualmente, "sólo hay 700 camas (para los sin techo), por lo que la mayoría se queda en la calle sin sitio", aseguró Kadlec, al tiempo que se mostró crítico hacia las medidas coercitivas incluidas en el nuevo plan.

La iniciativa, que el Ayuntamiento pretende poner en marcha en un plazo de seis meses para liberar al centro de Praga, no obligaría a los sin techo a quedarse allí, pero los asistentes sociales tendrán que aplicar medios de presión para que las instalaciones sean usadas.

"La intensidad del control aumentará hasta que se den cuenta que allí disfrutarán de mayor tranquilidad", aseguró Janecek, sin precisar cuáles serían las medidas de presión.

Entre los afectados, las opiniones no son unánimes en cuanto a este proyecto. Milos Kolbinger y Jana Nagy, dos eslovacos que viven de la limosna en el centro de Praga, afirman no tener necesidad de salir de allí. Ella lleva tres años en la calle y él diez.

"No creo que lo hagan. ¿Cómo echarles? Además irán sólo a comer y luego volverán aquí. Entiendo que los vagabundos vengan al centro de la ciudad", declaró Nagy, que ocupa junto con su compañero un banco de piedra en la Avenida Nacional, plagada de turistas, hasta que la policía los desplaza a otro lugar.

Duermen en una tienda de campaña en un parque de Barrandov, cerca de la estación de trenes de Smichov, y comparten morada con otros checos, un eslovaco, un ucraniano y un polaco.

Encuentran comida, y también la ropa que llevan puesta, en los basureros de los supermercados, y pasan cada dos días por los centros de atención diaria instalados por organizaciones benéficas, donde se duchan y reciben comida caliente.

Praga tiene en el punto de mira tres lugares como futuras ubicaciones para los vagabundos: en el distrito industrial de Malesice, al este de la capital; en el distrito de Dablice, una zona del extrarradio al norte; y en la Ciudad del Sur, donde existe la mayor concentración de edificios de panel de hormigón.

Tampoco a los habitantes de estos distritos les gusta la iniciativa, y sus respectivas autoridades han alzado ya su voz: "No me gusta nada", indicó el primer edil de Praga 15, en Malesice.

El alcalde de Praga 11, Dalibor Mlejnsky, opina que "el lugar señalado no es adecuado, pues se trata de una zona muy poblada".

Pero además de no atajar con tacto el problema de este colectivo, las organizaciones civiles han criticado el "plan de represión" que implica la iniciativa, como dijo Kadlez, ya que incluye la creación de una agencia de seguridad para el campamento.

En todo caso, la propuesta de internar a las personas sin techo se produce en la precampaña electoral ante los comicios municipales el 15 y 16 de octubre, en la que los conservadores tratan de utilizar este asunto como una de sus bazas electorales para no perder votos en su tradicional bastión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario