sábado, 21 de agosto de 2010

La adicción a los préstamos en el sur de la Eurozona obliga al BCE a inundarlo de efectivo

FRANCFORT.- El Banco Central Europeo tendrá poca opción salvo mantener inundado con efectivo al mercado de dinero para ayudar a los bancos y gobiernos del sur de la zona euro, pese al robusto crecimiento del centro.

El sur de Europa se ha visto duramente golpeado por varios frentes en los últimos tiempos.

Primero, la crisis de la deuda soberana que impactó a Grecia y a otros países de. Después, las pruebas de resistencia mostraron que seis de los siete bancos reprobados eran de España y Grecia. Y luego la región registró sólo un tímido crecimiento mientras la mayoría de la zona euro subía, lo que debilitó la confianza en sus bancos.

El endeudamiento bancario del BCE muestra crecientes tensiones en el sector financiero del sur de la zona euro, mientras los bancos de otros lugares están volviendo a su estado normal, pero el temor al contagio de país a país mantendrá alerta al BCE.

El uso total de los fondos del BCE se ha reducido en los últimos meses, pero los bancos del sur dependen del banco central debido a la continua oposición a los préstamos entre ellos.

Los analistas comentaron que eso reforzaría el argumento del BCE de ampliar su oferta ilimitada de efectivo hasta el próximo año, algo que se ve cada vez más probable, más aún teniendo en cuenta que el consejero del BCE Axel Weber se unió a otros colegas a la hora de respaldar una ampliación el viernes.

Los bancos en Grecia pidieron prestado el doble el mes pasado de lo que lo hicieron en julio de 2009, pese a que la deuda en circulación con el banco central cayó un 18 por ciento en el mismo periodo de tiempo. Los bancos en Portugal pidieron prestado cinco veces más que hace un año y el endeudamiento también subió en España e Italia.

"La asignación completa de 'repos' a tasa fija se mantendrá hasta bien entrado el próximo año", dijo Michala Marcussen, economista jefe de Société Générale.

"Más allá del primer trimestre del próximo año, la situación económica general será la determinante clave en cuánto más se pueda mantener", agregó.

El BCE introdujo préstamos ilimitados a tasa fija en octubre de 2008 y ha prometido mantenerlos en operaciones de corto plazo, a una semana y a un mes hasta mediados de octubre al menos, y hasta finales de septiembre los créditos a tres meses. Se prevé que los planes del cuarto trimestre se den a conocer el próximo mes.

El BCE trató de reintroducir límites al endeudamiento en abril, pero fue obligado a revertir la decisión en mayo por la crisis de deuda soberana.

El chipriota Athanasios Orphanides y el irlandés Patrick Honohan han indicado que la financiación ilimitada debe continuar. Pero Weber dejó claro que las discusiones para retirar el estímulo deben retomarse a principios del próximo año y su tono conciliador llamó la atención de los analistas.

"El mensaje clave es que el BCE está dispuesto a mantenerse allí tanto tiempo como deba y que cree que necesita estar presente y mantener esta asignación total", dijo Marcussen.

Habían grandes esperanzas de que las pruebas de resistencia del banco el mes pasado, la última posibilidad en la batalla por mejorar la confianza, calmarían a los mercados pero su impacto ya se desvaneció tras las nulas señales positivas iniciales.

"Tiene que haber una confianza creciente en la salud o la salud percibida del sistema bancario (para retirar las medidas de crisis)", dijo el economista de RBS Nick Matthews.

"Las pruebas de tensión fueron una oportunidad para eso, (...) pero parece que fueron una oportunidad perdida", agregó.

Sólo siete de los 91 bancos puestos a prueba no pasaron, pero algunos analistas pensaron que los escenarios fueron muy poco severos.

La zona euro está viendo una creciente ruptura no sólo en el banco, sino en la economía como un todo, complicando aún más la tarea del BCE. Mientras la economía de la zona euro tuvo un auge en el segundo trimestre, con Alemania marcando la pauta, el sur de Europa registró un crecimiento mucho más apagado.

El BCE destaca sus políticas tomando en cuenta a toda la zona euro, no a países individuales.

"Creo que es un desafió al que nos hemos tenido que enfrentar permanentemente desde el comienzo del euro", dijo Trichet este mes, desechando las preocupaciones de que un desarrollo económico desigual era un problema, especialmente hoy.

Pero las dificultades de los bancos con problemas, incluso en países relativamente pequeños, exacerbaría la división económica y amenazaría con llevar al sur a una crisis crediticia.

Más aún, la crisis de deuda griega mostró que los acontecimientos en un país pequeño pueden tener dramáticas consecuencias para los demás, y los bancos son dependientes unos de otros a través de las fronteras.

"Debido a la interrelación entre los sistemas bancarios europeos, si hay problemas en un país, habrá un efecto dominó en otros países", dijo Marcussen de SocGen.

"No es sólo sobre apoyar a los países de la periferia, sino de ofrecer apoyo al sector bancario europeo", agregó.

La promesa del BCE de una financiación ilimitada continua reduciría la incertidumbre y daría tiempo a los bancos y gobiernos para salvar su credibilidad.

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