martes, 17 de agosto de 2010

Uruguay arrebata a Argentina el cetro mundial de consumo de carne de vacuno

BUENOS AIRES.- Los argentinos dejaron de ser los mayores consumidores mundiales de carne vacuna, un honor que ostentaron durante décadas y ahora lucen orgullosos los uruguayos, también cultivadores del clásico 'asadito' pero sin los problemas en la producción de sus vecinos rioplatenses.

El consumo de carne vacuna en Argentina bajó a 56,56 kilos promedio en el primer semestre de este año, según cifras oficiales, contra 58,2 kilos que ahora ingieren los uruguayos, reveló el Instituto Nacional de Carnes (INAC) de ese país.

La ingesta de carne vacuna pasó de 68,72 kilos en 2009 a 56,56 kilos en el período enero-junio de 2010, señaló un informe del Ministerio de Agricultura y Ganadería, lo que representa una baja de 18,7%.

La inflación, la caída del stock ganadero por las sequías y la disminución drástica de la actividad ganadera por el avance de la soja y el desaliento a las exportaciones se combinaron para que Argentina se baje del cetro que distinguía al país en el mundo.

"Hace dos años tuvimos récords de consumo de carne y habíamos llegado a los 70 kilos per cápita, que superaba enormemente el promedio de consumo, y ahora llegamos a 56 ó 57 kilos de carne per cápita", dijo el subsecretario de Agricultura, Alejandro Lotti.

El funcionario estimó no obstante que "en el término de cinco años se van a recuperar los valores históricos de alrededor de 52 millones de cabezas y con eso vamos a asegurar un cupo de exportación del orden de las 400.000 toneladas anuales y un consumo de 60 kilos per cápita".

Argentina sufrió además casi tres años de sequía, la peor desde los años 60, y la desaparición de 12 a 14 millones de hectáreas de superficie ganadera sobre un total de 180 millones de hectáreas agrícolas en total en el país, una merma que cubrió principalmente el cultivo de la soja, su mayor producto de exportación.

El alza del coste de la carne, de cerca de 40% en lo que va de 2010, condena a los argentinos a limitar el consumo casi diario del popular 'bife' (bistec) y del típico asado (parrilla con distintos cortes) de los fines de semana.

Mientras, las autoridades se empeñan en una quimérica campaña de promoción del pescado, verduras y la carne porcina como alternativas.

"La ingesta de (carne de) cerdo mejora la actividad sexual", sorprendió a finales de enero la presidenta argentina, Cristina Kirchner, para promover el consumo de carne porcina.

Pero aún con ese atributo, los argentinos prefieren el crepitar de las brasas bajo la parrilla cargada de carne vacuna, antes que ingerir las poco populares chuletas de cerdo.

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