jueves, 16 de septiembre de 2010

Brasil lanza un plan para proteger su gigantesca sabana

BRASILIA.- El presidente Luiz Inacio Lula da Silva suscribió el miércoles un plan para proteger la gigantesca sabana brasileña, uno de los más extendidos y amenazados mantos vegetales del país, con el objetivo de parar su galopante deforestación.

El Plan de Preservación y Control de la Deforestación y los Incendios en el 'Cerrado' (la sabana brasileña) es similar al que Brasil ya aprobó para la Amazonía y que ayudó a reducir el ritmo de deforestación en un 63%.

El Plan Cerrado implica controles y fiscalización del gobierno para perseguir a los deforestadores y también incentivos al uso sostenible del territorio y la recuperación de áreas degradadas. En dos años, prevé una inversión de 200 millones de dólares.

"Estamos hablando de un ecosistema que representa el 5% de la biodiversidad mundial, que es la zona de nacientes acuíferas más importante de Brasil y que además almacena gran cantidad de carbono" (el dióxido de carbono contribuye el calentamiento global del planeta), declaró la ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira.

Esta rica sabana, el segundo gran ecosistema de Brasil después de la selva amazónica, acoge un rico mosaico de formaciones vegetales que van desde bosques a áreas inundadas que se extienden por dos millones de km2 (equivalentes a casi cuatro veces la superficie de Francia), y ya perdió un 47% de su cobertura vegetal por deforestación. Sólo entre 2002 y 2008 fueron devastados 85.075 km2, según el gobierno.

Su importancia para el clima del planeta es considerada clave: "Todo indica que en los últimos dos años las emisiones de dióxido de carbono en el Cerrado han sido mayores que las de la selva amazónica, debido a que la deforestación ha sido mayor", explicó el director de la organización Amigos da Terra Amazonia, Roberto Smeraldi.

"Con este plan, el gobierno brasileño está mostrando que mantiene el compromiso lanzado en la cumbre del clima de la ONU a final de 2009, de reducir hasta 2020 el 40% de las emisiones de gases con efecto invernadero provenientes de la deforestación del Cerrado", dijo Denise Hamú, secretaria general de la ONG WWF en Brasil.

En la Cumbre del Clima, Brasil también se comprometió a reducir en un 80% el ritmo de la deforestación Amazónica, cifra a la cual se está acercando, según los datos oficiales.

Se estima que la deforestación, al eliminar la vegetación, que fija el carbono, causa del 20% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono.

"Por primera vez, el gobierno brasileño da atención al Cerrado, que es de una importancia vital porque es el ecosistema que hace la transición con la selva amazónica, y por el que pasa la expansión de sur a norte de la pecuaria", añadió Hamú. La principal amenaza al Cerrado es el avance de la agropecuaria, y se considera un terreno idóneo para ganado, granos y hasta caña de azúcar.

Para que el plan de protección a la Amazonía y este del Cerrado sean efectivos, Brasil debe afrontar el desafío de garantizar la credibilidad del esfuerzo en control y fiscalización, "que puede perderse rápidamente, ya que hoy apenas el 0,5% de las multas son realmente pagadas", declaró Smeraldi.

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