El crecimiento del sector manufacturero estadounidense por encima de lo previsto y la producción industrial de China recuperaron impulso en agosto, mientras que la economía australiana se expandió a su mayor ritmo de tres años en el segundo trimestre.
Los inversores dudaban en el momento de tomar posiciones nuevas, a la espera de la reunión del Banco Central Europeo y las cifras de paro semanal en EEUU.
"Los inversores no asumen riesgos de forma agresiva todavía y esperan a ver las cifras de empleo estadounidenses antes de decidir hasta dónde pueden arriesgarse", expresó Shuichi Kanehira de Mizuho Corporate Trading.
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