lunes, 27 de septiembre de 2010

El microcrédito, una panacea para las chinas que se quedan sin empleo

PEKÍN.- Zhao Weimin se quedó sin trabajo hace cinco años al ser despedida de una compañía de telecomunicaciones, pero salió a flote con la apertura de una tienda de artículos infantiles en Tianjin (norte) gracias a un programa de microcrédito que rescató a miles de mujeres en China. 

Sin dinero ni experiencia, Zhao y su marido pidieron ayuda al programa gubernamental Incubadora de Empresas. Lanzado por la Federación de Mujeres de Tianjin, este programa de microcrédito permitió salir adelante a miles de personas.

"Teníamos que comer y tenemos un niño. No teníamos otra elección", declaró Zhao para explicar el motivo que la movió a fundar su propia empresa.

La Incubadora fue lanzada en 2000, en plena reestructuración de las compañías estatales que ocasionó el despido de millones de personas en China, a menudo de más de 40 años. En Tianjin, el 60% eran mujeres, según la página web de la Incubadora de Empresas.

Este sistema de microcrédito, apoyado por Australia y por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, permitió a más de 10.000 mujeres poner en marcha su empresa o mantenerla a flote, según una de sus responsables, Li Jing.

Tras varias negativas de bancos y amigos, Zhao y su esposo, Zhang Xiangjun, cuyo jefe se declaró en quiebra, solicitaron un préstamo a la Incubadora. Se lo concedieron. Después de un curso de administración de empresas, recibieron un primer préstamo sin intereses de 4.000 yuanes (445 euros, 578 dólares), que utilizaron para alquilar una tienda en Tianjin. Con un segundo préstamo de 20.000 yuanes, el matrimonio compró el material fotográfico para retratar a niños.

"Nuestro préstamo no era bastante importante para interesar a los bancos y nuestros amigos no estaban de acuerdo en prestarnos el dinero porque hacía poco que nos acababan de despedir", explica Zhang. Ahora emplean a 20 personas y la empresa es próspera.

Li Jing asegura que este caso no es aislado. Pese a que muchas mujeres carecen de experiencia de gestión, sólo "una pequeñísima" cantidad de ellas no reembolsan sus deudas, añade la responsable.

Los programas de microcrédito, lanzados en 1976 por el economista Muhammad Yunus en Bangladesh, van dirigidos sobre todo a las mujeres, más marginadas socialmente que los hombres.

"En China, la microfinanciación desempeña un papel muy importante que no asume el sistema bancario", según Patrick Chovanec, profesor de economía de la universidad Tsinghua de Pekín. Los bancos chinos exigen garantías que los pequeños empresarios no pueden proporcionar.

Tras ser despedida hace cuatro años, Li Qing se asoció con su hermana menor para vender sábanas. Registraron su marca, Shimeilian, y abrieron dos tiendas en Tianjin, que tuvieron éxito. El año pasado, las hermanas abrieron su cuarto comercio, pero necesitaban dinero para seguir creciendo. Para lanzar diez tiendas más, la Incubadora les prestó 130.000 yuanes (14.440 euros, 18.772 dólares). Un salvavidas que les dio alas.

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