Aunque los informes del jueves confirman que la economía sigue creciendo a un ritmo lento, representan una nueva señal de que las posibilidades de una recaída en la recesión o una deflación son cada vez menores.
"La economía no se acelerará, pero al menos no se está marchitando", dijo Pierre Ellis, economista de Decision Economics en Nueva York.
Los acciones en Wall Street operaban sin grandes cambios, ya que el informe manufacturero ensombreció buena parte del optimismo generado por el dato de empleo. En tanto, los precios de los bonos del Tesoro caían y el dólar ganaba terreno frente al yen.
Los pedidos iniciales de beneficios por desempleo bajaron en 3.000 a una tasa ajustada por estacionalidad de 450.000, su menor nivel desde la semana terminada el 10 de julio, dijo el Departamento de Trabajo. Analistas consultados por Reuters habían previsto que subieran a 460.000.
En un informe separado, el Banco de la Reserva Federal de Filadelfia dijo que su índice sobre las condiciones de negocios en la región norte de la costa este se situó en -0,7 puntos en septiembre, tras los -7,7 puntos de agosto.
Los analistas esperaban que el informe mostrara un dato de 2,0 puntos.
Cualquier lectura superior a cero indica crecimiento en la actividad del sector manufacturero de la región.
El informe de la Fed de Filadelfia se conoce tras un informe similar del miércoles que mostró una desaceleración en el crecimiento del sector manufacturero del estado de Nueva York durante septiembre.
Por su parte, el Departamento de Comercio informó el jueves de que el déficit de cuenta corriente creció en el segundo trimestre a 123.300 millones de dólares (unos 94.750 millones de euros) - un 3,4 por ciento del Producto Interior Bruto -, por el aumento en la importación de bienes de capital, motorizados y productos de consumo.
Este es el cuarto incremento trimestral consecutivo desde los 84.400 millones de dólares durante el segundo trimestre de 2009, cuando el comercio mundial se desplomó debido a la recesión global.
Analistas de Wall Street esperaban que el déficit creciera a 125.000 millones de dólares. El Departamento del Comercio revisó ligeramente el dato para los tres primeros meses del año a 109.200 millones de dólares.
El promedio de cuatro semanas para las solicitudes iniciales de beneficios por desempleo, considerado un medidor más preciso de las tendencias subyacentes del mercado laboral porque suaviza la volatilidad del dato semanal, cayó en 13.500 a 464.750.
La segunda semana consecutiva de declives alejó aún más esta cifra del máximo de nueve meses de 504.000 alcanzado a mediados de agosto y los pedidos se encuentran ahora en el techo del rango de entre 400.000-450.000 que los analistas dicen está asociado con un crecimiento sostenible del empleo.
La debilidad del empleo, caracterizada por una tasa de desocupación del 9,6 por ciento, está conteniendo la recuperación económica desde la reciente recesión, la peor en más de 70 años.
La Reserva Federal está siguiendo de cerca la evolución del mercado laboral, pero no se espera que anuncie nuevas medidas de alivio monetario en su encuentro del próximo martes.
Sin embargo, muchos analistas creen que el banco central retomará sus compras de bonos del Tesoro a fines de año, con miras a mantener bajas las tasas de interés y dar así un impulso adicional a la economía.
Aunque el lento crecimiento ha contenido a los precios, los temores a una posible deflación han ido decayendo de alguna manera.
La frustración entre los estadounidenses por la falta de empleos está erosionando la popularidad del presidente Barack Obama y podría propinar un duro revés al Partido Demócrata en los comicios legislativos del 2 de noviembre.
Muchos analistas estiman que los republicanos podrían arrebatarles el control de la Cámara de Representantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario