Los ministros europeos de Finanzas estudiarán el martes la creación de una tasa sobre las entidades bancarias que permita hacer acopio de recursos ante futuras crisis y España, si bien aún "no se ha decantado por ninguno" de los modelos sobre la mesa, ve "grandes dificultades prácticas" a uno de ellos, el gravamen sobre las transacciones financieras, explicó Salgado.
El Gobierno español se distancia así de París y Berlín, que el pasado julio abogaron públicamente por reactivar el debate sobre la creación de ese tipo de impuesto, después de un primer fracaso a nivel internacional en la cumbre que en junio mantuvieron los países del G-20 en Canadá.
La postura española se inscribe en cambio en la línea de la Comisión Europea, el ejecutivo comunitario, que el martes presentará a los ministros un documento en el que pone en duda la viabilidad de una tasa sobre las transacciones financieras.
Las divisiones son evidentes en el seno de la Unión Europea (UE), que sigue no obstante determinada en sacar lecciones de la última crisis financiera mundial, en la que los Estados debieron acudir al rescate de decenas de bancos mediante el dinero del contribuyente.
"Estamos trabajando muy activamente para ese marco común que deseamos. Hay un principio de acuerdo en que tiene que haber un instrumento que sirva para que, si hay crisis futuras, sean financiadas por parte del sector financiero", declaró Salgado.
Además de la tasa sobre las transacciones financieras, la UE baraja como opción crear un impuesto sobre las "actividades financieras", basado en los beneficios y las cuentas de las entidades, una medida que ya aplican varios países.
En el caso de España, existe el Fondo de Garantías de Depósitos, con la misión, entre otras, de reforzar la solvencia y el funcionamiento de las entidades de crédito, pero el Gobierno está "dispuesto a contemplar una forma de completarlo" con la aplicación de una tasa europea, según Salgado.
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