El plan supone un avance en la cooperación bilateral en materia de control pesquero en puertos, desembarques y actividades conjuntas de inspección, y tiene, entre otros objetivos, fomentar la transparencia y la confianza entre ambos Estados, así como ampliar el intercambio de información en relación con la actividad realizada por sus flotas.
Así, el acuerdo recoge el compromiso de efectuar inspecciones conjuntas con equipos mixtos de ambos Estados, mediante operaciones marítimas, terrestres y aéreas.
Además, incluye la posibilidad de establecer medidas provisionales en los casos en los que se detecte una presunta infracción grave al normal desarrollo de la actividad pesquera, tales como artes antirreglamentarias, pesca sin licencia, pesca en zona o época de veda y transporte o mantenimiento a bordo de capturas antirreglamentarias.
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