jueves, 30 de septiembre de 2010

Europa compite por mano de obra extranjera

BRUSELAS.- Esquiladores de ovejas para Gran Bretaña, maestros de judo para España, orfebres para Holanda. Las naciones europeas están encontrando algunos vacíos sorprendentes en sus mercados laborales, y compitiendo para atraer a trabajadores extranjeros con las deseadas calificaciones. 

Países en el continente listan escaseces de mano de obra en centenares de ocupaciones. Incluso mientras algunos países hacen aún más restrictivas sus reglas de inmigración, muchos están relajando requerimientos de visas para ayudar a industrias a importar candidatos para empleos que los trabajadores nacionales no pueden o se niegan a tomar.

Muchos europeos rechazan empleos de baja paga, al tiempo que la carencia de planificación adecuada para futuras necesidades ha creado una carencia de profesionales calificados.

"Demasiado a menudo el carretón ha sido colocado delante del caballo. En Gran Bretaña, el gobierno se ha concentrado primero en restringir la inmigración, y entonces en la necesidad de entrenar a trabajadores nacionales para realizar los trabajos previamente en manos de trabajadores extranjeros", dijo Abigail Morris, asesora de políticas de empleo en la Cámara de Comercio británica.

Pero el gobierno va a establecer una nueva cuota de inmigración el año próximo, prometiendo reducir dramáticamente los niveles de inmigración. Los líderes empresariales advierten que el límite va a dejar el país sin mano de obra suficiente en industrias vitales.

Vanessa Rossi, analista con el centro de estudios Chatham House, en Londres, dijo que Europa está sufriendo a causa de no haber entrenado a suficientes jóvenes en sectores especializados como medicina y áreas como la construcción de instalaciones nucleares.

Mientras que Estados Unidos estaba alentando a los estudiantes hace una década a lidiar con importantes proyectos de plantas generadoras, la mayor parte de Europa estaba cerrando centros de ingeniería especializada y perdiendo pericia, dijo Rossi.

"Hemos tendido a ser perennemente malos a la hora de planear para el futuro", dijo.

Miembros de la Unión Europea permiten a los ciudadanos de la mayoría de los otros países viajar libremente dentro de sus fronteras. Pero sus escaseces de talentos específicos significan que muchos tienen que relajar también reglas de inmigración en sectores específicos para poder atraer trabajadores de fuera de Europa.

Aunque la mayoría de las naciones europeas necesitan trabajadores médicos calificados e ingenieros _ particularmente para importantes proyectos de infraestructura _ las escaseces no se confinan a hospitales, sitios de construcción y clínicas dentales.

En España, la región de Asturias está relajando reglas de visado para contratar a instructores de judo y aeróbicos, las Islas canarias necesitan expertos forestales y la región de Melilla, en la costa de Marruecos, busca cocineros de barco, ayudantes de cubierta y camareros.

El gobierno sueco dice que el país necesita plomeros, chefs y operadores de grúas. La vecina Dinamarca busca quiroprácticos, parteras y profesores de música. Aunque Holanda dice que la cantidad de empleos no cubiertos ha declinado en años recientes, aún necesita carpinteros, orfebres, farmacéuticos y camioneros.

En Gran Bretaña, algunas empresas temen que las cuotas de inmigración planeadas les hagan casi imposible competir por trabajadores globales.

Louise de Winter, directora de la Campaña Nacional por las Artes en Gran Bretaña, dijo que las compañías de baile del país sufrirán si no están en condiciones de reclutar el mejor talento disponible cuando aparezca, como el caso del astro cubano Carlos Acosta.

"Si el Royal Ballet no puede contratar al próximo Carlos Acosta porque hay un límite de inmigración, entonces pierden el talento definitivamente. Es un mercado global de trabajo, y la gente simplemente se irá a lugares donde no existen esas restricciones", dijo de Winter.

Mbulelo Ndabeni, un bailarín sudafricano de 25 años con la Rambert Dance Company, de Londres, dijo que Gran Bretaña debe proteger la diversidad de sus artistas, que, dice, ha producido una efervescente escena.

"Yo traigo algo de Sudáfrica que los otros no tienen, al igual que nuestros bailarines de Cuba o India", dijo. "Todos traemos algo diferente, y por eso el público lo disfruta, porque no es solamente bailarines ingleses".

Ndabeni dijo que el nivel bajaría si las regulaciones de visa obligan a irse a algunos artistas extranjeros. "Pudiéramos perder algo realmente importante", dijo.

De los 22 bailarines de la compañía Rambert, 10 son británicos, cinco de países de la UE y otros siete de fuera del continente, incluyendo de Sudáfrica, Cuba, Australia y Singapur.

"No podemos limitarnos a bailarines de la UE si queremos seguir siendo una compañía de baile de clase mundial. Tenemos que reclutar de todo el mundo para tener el nivel que necesitamos", dijo Nadia Stern, directora ejecutiva de Rambert.

Los granjeros británicos enfrentan el mismo problema cada verano cuando tratan de contratar a esquiladores experimentados, teniendo que acudir a Nueva Zelanda y Australia. 

Las granjas típicamente tienen apenas un espacio de seis semanas para esquilar sus ovejas, lo que significa que unas 300 personas _ casi todas de fuera de la UE _ son necesarias para completar la tarea, junto con 3.000 británicos.

"Sin ellos el trabajo no sería realizado a tiempo", dijo Colin MacGregor, un granjero escocés que es además gerente para entrenamientos en la Junta Británica de Mercadeo de Lana.

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