PARÍS.- Francia recibirá a los líderes más poderosos del mundo el año próximo en las cumbres del G-8 y del G-20 dentro de un marco de austeridad, en momentos en que el Gobierno busca reducir sus gastos sin generar más descontento entre la población.
El presidente Nicolas Sarkozy abrió una polémica en junio al decir que Francia gastaría 10 veces menos que Canadá, que este año acogió las dos cumbres con un gasto estimado de 1.000 millones de dólares.
El mandatario busca ahora gastar incluso menos, destinando sólo 50 millones de euros para el coste de las dos reuniones, según documentos publicados el miércoles.
Sin embargo, el ahorro sería considerado insignificante por los votantes, que tendrán que enfrentarse a las consecuencias de los planes oficiales para recortar 40.000 millones de euros del déficit del 2011, en parte eliminando exenciones impositivas y reduciendo el gasto.
Francia asumirá la presidencia del club de las 20 economías desarrollados y emergentes (G-20) en noviembre y del G-8 de potencias industrializadas en enero.
La ciudad de Niza, en la Riviera Francesa, sería la sede del encuentro del G-8, mientras que en el caso del G-20 el sitio aún no se ha dado a conocer.
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