domingo, 26 de septiembre de 2010

La tecnología ayuda a China ante el crecimiento de la población

PEKÍN.- El genetista chino Du Yutao observa el monitor de ultrasonido que examina el vientre de una cerda preñada, una de las últimas herramientas tecnológicas de China para alimentar mejor a su población. 
 
Los aproximadamente 20 puercos de esta granja de la provincia de Guangdong, al sur de China, no son cerdos comunes, sino cerdas que llevan dentro cochinillos clonados.

Ante las previsiones de que su población aumentaría hasta los 1.440 millones de personas para 2030 desde los 1.330 millones de 2009, según cifras del Banco Mundial, Pekín intenta desarrollar tecnología punta para proveer alimentos de mejor calidad.

Los colegas de Du están clonando cerdos en un laboratorio situado a una hora en automóvil de la granja.

Los expertos extraen el ADN de células cutáneas tomadas de la oreja de un buen jabalí y las inyectan sin el núcleo en las células de un óvulo de cerdo. Los embriones resultantes se implantan quirúrgicamente en cerdas sustitutas.

"Ahora importamos valiosos jabalíes desde Dinamarca y Estados Unidos. Son caros, su transporte cuesta mucho y pueden contraer muchas enfermedades durante su transporte", dijo Du, director de clonación e ingeniería genética en el Instituto de Genética de Pekín.

"Con esta tecnología, podemos importar pequeñas cantidades de cerdos y producirlos en masa en China", explicó Du.

Expertos internacionales creen que China puede ejercer un papel protagonista en la promoción de una posible aceptación de los animales clonados e incluso transgénicos, o de los productos genéticamente modificados.

Ingo Potrykus, el retirado co-inventor del "arroz dorado" repleto de vitamina A, dijo que China podría llenar un vacío para asegurarse el uso y el reconocimiento generalizado de estos productos.

"Para revolucionar la regulación (...) necesitas un país líder, que sea política y económicamente independiente de la histeria en occidente sobre los organismos genéticamente modificados (GMO, por sus siglas en inglés)", escribió en un correo electrónico Potrykus.

"China tendría este potencial y podría beneficiarse mucho porque el país tiene muchos problemas de seguridad alimenticia por delante", agregó Potrykus.

El científico sabe mucho sobre la dificultad de obtener la aceptación de los transgénicos y productos clonados. Su invento fue retirado del mercado durante 10 años debido a las regulaciones sobre los alimentos genéticamente modificados.

En el laboratorio del instituto, otro genetista, Zhang Gengyun, está trabajando con varios colegas en unos frascos que contienen brotes de arroz, otro ingrediente básico chino.

Los especialistas quieren identificar los segmentos genéticos en el arroz responsables del alto rendimiento y los mejores sistemas de raíces, para que pueda producirse más arroz usando menos tierra y menos agua.

"Ahora se usan muchos fertilizantes y el arroz no puede absorberlos en su totalidad. Los fertilizantes adicionales se vierten en nuestro sistema de agua, lo que daña nuestro medio ambiente", dijo Zhang.

China tiene pocas herramientas convencionales. Necesita alimentar al 22 por ciento de la población mundial pero sólo cuenta con el 7 por ciento de la tierra cultivable del planeta. Su ministro de Agricultura dijo en julio que China se enfrentaba a la formidable tarea de satisfacer la demanda de granos como el arroz, el trigo y el maíz en los próximos 10 años.

Sus recursos hídricos son escasos, con tan sólo el 25 por ciento de la media mundial per cápita. Y un cuarto de su agua está tan contaminada que ni siquiera es apta para el uso industrial.

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